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Un mundo oxigenado

El oxígeno resulta indispensable para la mayoría de los seres vivos que actualmente habitan en el planeta, ya sean plantas o animales, criaturas acuáticas o terrestres. Esta molécula, cuya formulación es O2 (dos átomos de oxígeno unidos), es usada en el metabolismo celular para oxidar por completo los nutrientes y así extraer el máximo de energía de ellos, generando como subproductos vapor de agua y dióxido de carbono. Es el proceso que todos conocemos como respiración.

No obstante existe un gran número de microorganismos que pueden vivir sin oxígeno o incluso perecen en su presencia porque este gas resulta tóxico para ellos, son los llamados organismos anaerobios. Parte de estos microbios descienden de antepasados muy remotos que vivieron en un planeta Tierra sin oxígeno. Aquel era un mundo muy distinto del actual, que comenzó a cambiar con la aparición de las primitivas cianobacterias. Éstas desarrollaron un proceso metabólico para producir su propio alimento aprovechando como fuente de energía la luz solar, lo que se conoce como fotosíntesis. El subproducto que se generaba en dicho proceso era el oxígeno molecular, que así empezó a ser liberado en mares y atmósfera.