La educación inclusiva hace referencia, en esencia, al derecho universal a la educación de todos y todas, independientemente de cuál sea su condición u origen. Representa un concepto con claras connotaciones éticas ampliamente aceptado, hasta el punto de que el valor ideal de la inclusión difícilmente es puesto en cuestión. Sin embargo, cuando analizamos con detenimiento todas las derivadas e implicaciones que emanan del desafío que supone la educación inclusiva: falta de recursos, falta de formación, ratios elevadas de estudiantes por aula, exigencias curriculares, etc. el amplio consenso inicial da muestras puntuales de debilidad y asoman las dudas y los matices. Además, dependiendo de qué estrategias empleemos para la evaluación de las actitudes, los resultados no siempre muestran actitudes hacia la inclusión firmemente favorables. Por ello, el proyecto plantea el análisis de diferentes tipos de actitudes hacia la inclusión de estudiantes con NEE en el profesorado en formación y el diseño de acciones formativas para favorecer actitudes positivas hacia la inclusión.