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Noelia de la Torre Martínez. Estudios Hispánicos

14 de noviembre de 2018

Desde 4º de la ESO tenía muy claro el grado en el cual me iba a inscribir, ya que adoraba la lengua y la literatura española. Mi grado de satisfacción con Estudios Hispánicos es inimaginable, ya que no solo ha superado mis expectativas, sino que, además, me ha parecido una carrera con un amplio futuro laboral. Sin lugar a duda, el grado de Estudios Hispánicos es una de las mejores experiencias de mi vida. La gran mayoría de los estudiantes que entran en el grado piensan que la única salida profesional es la de docente en una instituto de Educación Secundaria.


En los cuatro años de la carrera, aprendes que no solo puedes optar por la rama docente (profesora de instituto, de una academia de idiomas o de la Universidad), sino que también puedes encontrar la rama de investigación, edición y corrección de textos, lingüística forense, escritor, etc.


A lo largo del grado, como a lo largo de la vida, hay asignaturas que te aportan experiencias. Materias como “Español para extranjeros”, “Lingüística general”, “Español coloquial”, “Literatura y modernidad en América latina”, “Lecturas españolas”, y “Teatro español en el Siglo de Oro”, entre otras, marcan un antes y un después. Son asignaturas que te aportan conocimientos y saberes que anteriormente no te habías planteado pero que, sin embargo, grandes sabios habían pensado.


A su vez, tanto la optativa de “Prácticas curriculares” como las asignaturas donde prevalece una gran cantidad de clases prácticas fomentan, no solo tu estudio, sino también tu grado de experiencia, ya que puedes poner en práctica todo aquello que has aprendido en el aula.


Sin lugar a duda, y teniendo en cuenta la trayectoria por la carrera, tengo claro que mi futuro está como docente investigador, ya que la investigación es algo muy importante que ha completado mi formación académica. Por tanto, agradezco los cuatro años del grado, ya que sin ellos, no habría podido descubrir mi futuro laboral: investigar pero, a su vez, ser docente; algo que desconocía totalmente antes de cursar el grado.