
Seminario impartido por Ciprià Xavier Teodoro Calatayud (Algemesí - Ribera Alta, 1955) es doctor Cum Laude por la Universidad de Alicante, Licenciado en Antropología por La Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) y Diplomado de Enfermería.
Fecha: Miércoles 11 de abril de 2018 a las 17 horas
Centro: Palacio Cerveró
Salas: Sala de conferencias. Instituto Interuniversitario "López Piñero".
Ciprià Xavier Teodoro Calatayud
Autor del trabajo de investigación Vivir enfermar y morir en la Algemesí contemporáneo, 1838-1936, publicado por el Ayuntamiento de Algemesí (2007), y coautor del estudio introductorio La Topografía Médica de Alzira de 1917 de Enrique Badenes Gallach, en Institución Alfons el Magnánimo-Centro Valenciano de Estudios y de Investigación [Estudios comarcales, 7], 2017.
Como docente ha ejercido de profesor asociado en la Escuela Universitaria de Enfermería de la Universitat de València además de colaborador en las prácticas asistenciales externas de la Universidad Católica San Vicente Mártir.
Ha participado como ponente en varias congresos y reuniones científicas tanto en la vertiente sanitaria cómo en el contexto de la historia de la ciencia. Es coautor de “El ferrocarril como medio de intercambio cultural” en: 150 años de ferrocarril en la Ribera 1853-2003, Valencia, Publicaciones de la Consellería de Obras Públicas Urbanismo y Transporte, 2003, y de la biografía del oftalmólogo José Viciano Carbonell en el contexto histórico y científico en la Algemesí del siglo XIX, editado por Grupvisual, 2013.
"Las topografías médicas"
El inicio de estos estudios de carácter médico y científico hay que situarlo en el contexto de la Medicina de la Ilustración. Así, tenemos que las topografías médicas iniciaron su aparición a lo largo del siglo XVIII y se desarrollan con más o menos intensidad a lo largo del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. En el estado español, como en el resto de Europa, la confección de topografías y estudios de geografía médica, fue estimulada por varias instituciones, entre ellas las Reales Academias de Medicina de Madrid y Barcelona, que a pesar de que fueron las más activas no parece que serían las únicas a promover y estimular la producción de este género literario.
Podemos decir que las topografías médicas son un género de la literatura higienista, que consiste en describir las condiciones medioambientales y sociales de una localidad, o de una zona más amplía, para determinar su incidencia sobre la salud pública, sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora y sobre la etiopatogenia de la enfermedad social.
La influencia de las corrientes higienistas, las teorías miasmáticas y el medio ambiente y la teoría social de la enfermedad, tienen una clara expresión en la producción científica de los médicos de estos siglos a la vez que se traducirá de forma más o menos abundante en estudios de higiene y salubridad en los municipios estudiados.
Todos los autores coinciden al afirmar que las topografías médicas son la culminación del enfoque ambientalista de inspiración hipocrática, de hecho como dicen Pedro Marset Campos, Esteban Rodríguez Ocaña y José Miguel Sáez Gómez (1998), la preocupación por el medio ambiente tiene su demostración más emblemática en la producción de las llamadas topografías médicas, que superaron, según ellos, el medio centenar de obras entre 1831 y 1880.
Para su confección los médicos recopilan con todo detalle y con una sistemática tarea de observación una ingente cantidad de datos, entre otros, datos meteorológicos, como presión atmosférica, temperatura, humedad, vientos dominados y lluvias, también datos demográficos, con una serie de la descripción de la morbilidad de la población estudiada para ligarlo en el contexto de la enfermedad.
Por su proximidad a la realidad cotidiana, las topografías nos dan una visión valiosa del conjunto social y del proceso de enfermar, y constituyen documentos de extraordinaria importancia para el estudio retrospectivo de las sociedades y de los determinantes socioeconómicos, particularmente la pobreza y la miseria.
Las topografías médicas, primero, los estudios de geografía médica, después, como también las memorias de salud pública que buscaban conocer la realidad sanitaria del entorno donde había que actuar, representan, en momentos cronológicos diferentes, algunos de los principales instrumentos metodológicos que permitieron el reconocimiento de la etiología social y legitimaron un intervencionismo médico en la organización de la vida pública y comunitaria. Es, en este marco de constitución y consolidación de una nueva disciplina, la medicina social, donde hay que situar la lectura de buena parte de los contenidos que conforman la Topografía Médica de Alcira de 1917.
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