El próximo día 10 de marzo de 2022 a las 17.0 en el salón de actos de la facultad de psicología se impartirá “La epidemia de sobredosis en Estados Unidos y su relación con el suicidio”.
El Dr. Iván Montoya es director Clínico de la División de Investigación de Tratamientos del Abuso de Drogas del Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas (NIDA-NIH) (EE. UU.)
En su intervención el Dr. Iván Montoya nos presentó la situación de EE. UU. en relación con las dos epidemias que se están produciendo: la sobredosis por consumo de drogas y el suicidio. Calificó de “sindemia” esta situación, para señalar que hay dos sinergias concurrentes, secuenciales, con interacción entre ellas y que pueden exacerbarse.
Por un lado, el consumo de opiáceos está altamente relacionado con muertes por sobredosis. Desde 1999 al año 2020 se ha producido un aumento dramático de muertes, contabilizándose 70.000 en 2019 y 92.000 en 2020. Entre los opiáceos de mayor consumo destacan los opiáceos sintéticos como el fentanilo. Este opiáceo es un potente analgésico que se utiliza en la clínica. También es un producto fácil de transportar y difícil de detectar por los perros antidroga, además de ser muy barato de obtener. Todo ello posibilita su consumo fuera del uso terapéutico. Además de las sobredosis que se pueden producir por accidente también hay que considerar las provocadas por adulteración del producto. La situación del COVID agravó el consumo sin control de este tipo de sustancias, aumentó los factores de riesgo (ansiedad, aislamiento), provocó cambios en la forma de distribución y muchos pacientes entraron en abstinencia. El resultado fue el aumento de problemas de salud física y mental y el aumento de muertes por sobredosis.
Se han planteado que la sobredosis puede ser intencional. Puede existir la intención del individuo de hacerse daño, situación difícil de conocer si la sobredosis tiene el resultado de muerte. Se estima que en EE. UU. Tienen 47.500 muerte al año por suicidio, una muerte cada 11 minutos y por sobredosis con los datos 2020 sería una muerte cada 5 minutos.
La investigación que dirige el NIDA informa de que son muertes “por falta de esperanza” que se relacionan con el modo de vida que se tiene. Conocer los factores de riesgo que estén influyendo en ello posibilitaría realizar programas de prevención por ello el NIDA está promoviendo medidas concretas como realizar una evaluación conjunta en los cuestionarios, identificar factores de riesgo primarios y realizar una educación para el manejo del dolor (uso inicial de los opiáceos sintéticos). También están realizando guías para la correcta prescripción de los opioides dirigidas a los médicos y personal del área de salud, junto con la realización de campañas para la retirada de medicamentos sobrantes. Se plantean activar líneas telefónicas para recoger las primeras llamadas con protocolos de evaluación tanto para suicidio como sobredosis. Indicó la importancia de informar a la población de signos indicativos de sobredosis como detectar las pupilas muy pequeñas y poder actuar ya que hay dispensadores de naloxona (antagonista opiáceo).
Finalizó su intervención explicando la importancia que tiene reducir el estigma asociado a la sobredosis y al suicidio como el reto a conseguir entre todos.
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