Un catedrático de la Universitat lee una nueva tesis doctoral tres décadas después de la primera

  • 19 septiembre de 2017
Fotografia del porfessor Javier Esparcia al seu despaxt

No es nada frecuente que un profesor presente una nueva tesis doctoral. Sin embargo, Javier Esparcia, catedrático de Anàlisis Geográfico Regional de la Universitat de València, se enfrentará el próximo miércoles, veintisiete años después de leer su primera tesis doctoral, al reto de defender una nueva tesis doctoral ante un tribunal, esta vez en la Universidad Autónoma de Barcelona.

La primera tesis doctoral, que leyó en 1990, llevaba por título "Las zonas desfavorecidas en el contexto de la planificación rural. Análisis de infraestructuras equipamientos y su aplicación al Arco Ibérico Meridional" y, como para todos los universitarios, para Javier Esparcia supuso el inicio de su carrera investigadora. En esta nueva ocasión, aborda un tema similar (“Capital Social y Desarrollo Territorial: Redes Sociales y Liderazgos en las nuevas Dinámicas Rurales en España”), pero desde una perspectiva disciplinaria y metodológica bien distinta, la sociología y el análisis de redes sociales.

“Desde mi licenciatura – explica el profesor Esparcia- me he centrado en el análisis de las dinámicas territoriales en zonas rurales, especialmente en espacios desfavorecidos. En las últimas dos décadas buena parte de tales análisis (en gran parte desde la disciplina geográfica) se han centrado en las políticas públicas como elemento explicativo de tales dinámicas. Sin embargo, desde mi punto de vista, no estábamos dando respuestas suficientes o totalmente satisfactorias para explicar los cambios y permanencias en esos procesos. Llegué a la conclusión de que para dar respuestas más adecuadas a las incógnitas de investigación necesitábamos incorporar otras perspectivas, y en concreto la dimensión social, cuyo poder explicativo estaba siendo, desde mi punto de vista, subestimado. Analizar la dimensión social implicaba mucho más que leer unos artículos. Implicaba aplicar enfoques conceptuales y metodologías sólidas y rigurosas, y para ello era necesario imbuirse a fondo de las herramientas necesarias: tenía claro que la Sociología era la disciplina que en mayor medida podía ayudarme, y tomé la decisión de que el trabajo, para que fuese riguroso, debía tomar la forma de una tesis doctoral, lo cual me aseguraba un proceso de formación guiado por especialistas en la materia”.

El objetivo de este catedrático no era hacer una investigación y publicarla, sino formarse haciendo una investigación, y hacerlo con buenos especialistas. “El estar dispuesto a pasar por los controles formales de una tesis doctoral –asegura Esparcia- es algo que, en los buenos programas de doctorado, es una garantía de calidad en la formación y también, de la investigación resultante. Iniciar una investigación desde los presupuestos de otra disciplina, con enfoques propios de otras disciplinas (como es el Análisis de Redes Sociales), requiere unos controles de calidad que, desde mi punto de vista, habían de pasar por un trabajo muy en contacto con los especialistas en la materia.

Por tanto, desde el primer momento tenía claro que quería hacer todo el proceso, y pasar los controles como cualquier doctorando, y así ha sido. Por ejemplo, cada año he debido no solo presentar un informe sino hacer una presentación y defensa de los avances de la tesis, ante un tribunal de tres profesores del Departamento de Sociología de la UAB. De esta sesión la coordinadora elaboraba un informe, que era remitido a directores y doctorando. Y al año siguiente, ese informe estaba encima de la mesa, y los profesores comprobaban y hacían un seguimiento de en qué medida se habían seguido sus sugerencias o, en su caso, las decisiones que se habían tomado al respecto. Seguir los controles del programa de doctorado ha sido, también, un proceso de aprendizaje, creo que útil de cara a nuestros propios programas de doctorado, en tanto que también soy miembro de la comisión de doctorado del Institut Interuniversitari de Desenvolupament Local (IIDL)”.

La hipótesis central de la nueva tesis del profesor Esparcia gira, por un lado, en torno a los efectos esperados sobre el stock de capital social de la combinación de los procesos de desarrollo socioeconómico en los que han estado inmersas muchas de las zonas desfavorecidas de nuestro país, y , por otro lado, sobre la creciente coordinación entre actores, por ejemplo, en el marco de los grupos de acción local LEADER. Sin embargo, la tesis del profesor Esparcia le ha permitido concluir que dicha hipótesis no se cumple con relación sobre todo a dos aspectos, el territorial y el socio-profesional. La investigación demuestra que los actores locales no se organizan a escala de territorio LEADER, sino que continúan haciéndolo en las escalas tradicionales, municipales y, sobre todo, comarcales. Y en este contexto, los actores que controlan la intermediación entre unos territorios y otros, se convierten en nodos de poder. Especialmente, señala, “los actores público-políticos muestran niveles de endogamia elevados y, en ocasiones, preocupantes. Sin embargo, los actores técnicos y, en menor medida, económicos, muestran grados de apertura y permeabilidad social mucho mayores”.

 

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