Intervención en las epidemias locales: el Cólera

1848-1885

A lo largo del siglo XIX hubo varias pandemias de cólera. Cuando se tenía noticia de que alguna podía llegar a Valencia se ponían en marcha estudios sobre la enfermedad y se buscaban medios para protegerse.

Cuando se supo de la epidemia de Berlín de 1848 se desarrollaron una serie de trabajos para poner al día a los socios del Instituto y encontrar soluciones para el problema.

Ante la invasión de 1854 el entonces presidente del Instituto Ramón Noguera, presentó a discusión la contagiosidad del cólera, las medidas higiénicas para mitigar su contagio y el método curativo más adecuado. Algunos socios, entre ellos Noguera y Lloret, defendieron la idea de que era epidémico pero no contagioso. Otros, como Rodrigo e Insausti, creían que era contagioso de forma accidental. El debate se aplazó dado que el problema ya era acuciante. El 20 de agosto de 1854 Juan Bautista Peset presentó una memoria para ser publicada en el Boletín en la que, tras un estudio clínico, analiza las medidas higiénicas que debían adoptarse. Siguieron otras muchas redactadas por diversos autores.

Ante la repetición del brote en el verano de 1855 Ramón Hernández Poggio publicó las observaciones recogidas en el

Hospital Militar de Valencia durante la epidemia anterior. En ella se refiere a la ineficacia de todos los procedimientos que se probaron, más de ciento veintidós. Antonio Navarra publicó en el Boletín dos artículos que daban noticia de la marcha de la epidemia. En la capital se vieron afectadas 27.000 personas de las que murieron 5.200. Se advertía de la existencia de numerosos intrusos y charlatanes que ofrecían remedios milagrosos y se pedía a las autoridades eclesiásticas que suprimieran el ayuno y la abstinencia.

El francés José Desiré Joulin ganó uno de los premios con una memoria sobre el cólera en el que presentaba un estudio clínico y anatomopatológico e incluye los resultados del análisis clínico  de la sangre, orina, exudados, excreciones de los enfermos.

Llegaron otras muchas memorias. Antonio Navarra fue describiendo las medidas que adoptaban las autoridades, su extensión por la provincia de Alicante y la invasión de varios pueblos como Sueca y Oliva. El Instituto siguió elaborando informes durante mucho tiempo, especialmente en el brote que hubo en Alboraya en 1860 y la invasión que sufrió la capital en julio de 1865.  En esta última Aparicio presentó un informe que hablaba de la invasión, curso y tratamiento más común adoptado en la última epidemia. Despuig presentó otra y también se publicaron el programa y conclusiones  de la Conferencia Sanitaria Internacional para el estudio del cólera morbo asiático.

Ferrán vacunando en Alzira

Ferrán vacunando en Alzira. La Ilustración Nacional, 1885. [+ Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]

Epidemia de 1885

En 1884, ante las noticias de una nueva epidemia en Tolón, la Sección de Higiene del Instituto se ofreció a las autoridades como corporación científica para practicar los estudios que fueran necesarios, redactar una cartilla higiénica y  dar conferencias sobre la enfermedad.

Inauguró las sesiones Juan Bautista Peset el día 24 de septiembre con una conferencia sobre la “Profilaxis y tratamiento del cólera”, basado en sus experiencias en epidemias anteriores. Propuso un tratamiento empírico y sintomático al desconocerse la verdadera causa del cólera.  Respecto a la profilaxis, evitar el aliento y contacto con el enfermo, lavarse bien las manos con desinfectantes, etc. Fue invitado Amalio Gimeno para hablar el día 27. Él opinó que debía darse al debate mayor amplitud que la propuesta por Peset. Habló de las ideas de Koch al admitir como causa específica el Bacillus Virgula, que se encontraba en todos los casos de cólera y que se contagiaba por vía digestiva. Precisamente Gimeno puso prólogo a la traducción que Garín Y Navarro hicieron de la comunicación de Koch al Consejo Imperial de Berlín. Gimeno habló, además, de patogenia, profilaxis y tratamiento.

Las sesiones, que fueron muy acaloradas, se prolongaron hasta el mes de enero.

Gimeno, que acompañó al Gobernador civil a Beniopa, donde se había presentado un caso, en la sesión del día 22 mostró unas preparaciones del bacilo vírgula. En el Boletín insertó la siguiente nota: “podemos dar una interesante noticia a nuestros lectores. Examinadas microscópicamente las deposiciones de los enfermos en Beniopa, se ha logrado encontrar el bacilo vírgula de Koch: hemos tratado de obtener cultivos y lo hemos conseguido en la patata y en la gelatina con todos los caracteres distintivos. El Instituto Médico Valenciano ha sido la primera corporación de España que ha podido observar preparaciones microscópicas del célebre microbio colérico”.


Portada de L'Illustration. Journal Universel, dedicada a la vacunación Ferrán en Valencia

Portada de L'Illustration. Journal Universel, dedicada a la vacunación Ferrán en Valencia. [+Pulsar sobre la imagen para verla a mayor tamaño]

En la sesión del 3 de enero de 1885 Gimeno informó de la visita realizada a Ferrán en Tortosa por Pascual Garín, Pablo Colvée y él mismo. Habló de los cultivos del bacilo y del

hallazgo de otro ser más organizado llamado Peronespora Barcinosis.

Ferrán realizó pruebas de inmunización de cobayas mediante inyección de cultivos de vibrión. Envió una memoria al Ayuntamiento de Barcelona y otra a la Academia de Medicina de dicha ciudad. Una comisión presenció los experimentos y dictaminó positivamente.

Ante la existencia de algunos casos de Xàtiva Gimeno y Candela negociaron con el Gobernador que Ferrán viniera a Valencia. Llegó el 4 de abril y el Instituto le agasajó con una comida en el Hotel París. El día 5 fue a Xàtiva donde comenzó a preparar la vacuna y, al extenderse rápidamente la epidemia, comenzaron en Alcira las vacunaciones a gran escala.

El día 18 se informó a los miembros del Instituto de que Ferrán daría una conferencia práctica sobre el cólera. El Dr. Moliner planteó  una discusión en los siguientes términos:

“Camino que debe seguirse para llegar a la curación del cólera y crítica del procedimiento seguido por el Dr. Ferrán”. Duró mes y medio. Al principio tuvo carácter local y mesurado, pero acabó convirtiéndose en un asunto internacional y exaltado. Moliner reconoció los hallazgos de Ferrán pero criticó cómo se estaba llevando a la práctica: aislamiento, secreto y falta de estadística. A esta postura se sumaron Gil y Morte y Crous Casellas. En defensa de Ferrán hablaba Gimeno. Como los debates entraban ya en el terreno personal, Gimeno decidió no intervenir más después del 8 de junio. También se criticó a Cajal, Pastor, Garín y Navarro porque no intervenían y eran ellos los que practicaban profundos estudios micrográficos.

El debate continuó con la presencia de comisionados nacionales y extranjeros en los salones de la Diputación. No sólo se habló de la etiología y la profilaxis sino de otros productos como la helenina que presentó Orellano

Folleto "La Cuestion Ferrán"

La cuestión Ferrán. Discursión en el Instituto Médico Valenciano. Valencia, Manuel Alufre, 1885.