
Por qué luchamos?
- Defendemos una universidad pública que garantice el acceso de toda la sociedad, donde se fomente el pensamiento crítico y la conciencia social, y donde el estudiantado tenga la importancia que se merece dentro de unas estructuras más democráticas, igualitarias y participativas.
- Trabajamos al mismo tiempo para denunciar las expresiones de carácter machista y la carencia de perspectiva de género a los contenidos educativos. Además, denunciamos las estructuras patriarcales que se perpetúan dentro de nuestra sociedad y universidad, y queremos visibilizar la diversidad afectivo-sexual en los espacios de la universidad, trabajando de cara en la construcción de una sociedad feminista.
- Comprendemos que es fundamental que se nos eduque en unos valores ecologistas donde quede claro que nuestro planeta tiene unos recursos limitados y que hay que tener un consumo responsable y consciente de estos. Por otro lado, tenemos claro que no habrá un cambio real de esta situación en un sistema capitalista que realiza un consumo extremo de los recursos sin ninguna medida, por el que luchamos por un cambio del conjunto de la sociedad.
- Por último, ante el aumento de las medidas represivas por parte de los gobiernos y sus fuerzas represivas, tenemos más claro que nunca la importancia de la conciencia antifascista y antidepresiva, marcada por una solidaridad sincera con todas las luchas que defienden una sociedad más justa.
- Queremos hacer que la universidad sea un espacio que fomento la emancipación, el compromiso y la sensibilidad del alumnado con las injusticias y las desigualdades. Por eso, haremos temblar la universidad hasta conseguir una sociedad y una universidad feminista, antifascista, ecologista y democrática.
Desde Acontracorrent pensamos que la universidad tiene que ser un espacio crítico, de debate y participación donde las estudiantes tengamos un papel activo, a pesar de esto, la realidad es que aunque somos un 87% de la comunidad universitaria, en los órganos de gobierno tenemos una representación inferior al 30%. Además, esta infrarrepresentación supone una gran invisibilización donde nuestra voz es despreciada, puesto que en estos órganos no hay cabida para un buen debate.
Aun así pensamos que las estudiantes tenemos que ocupar estos espacios para no permitir que se nos ocultan decisiones que nos afectan y, sobre todo, para emplearlos como espacio de denuncia. Somos conscientes que las elecciones no son la herramienta para cambiar la universidad, por eso tenemos claro que hay que tener un pie en las instituciones y mil en la calle, y nos organizamos el resto del año para luchar para mejorar la universidad.



