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¿Qué es el Trastorno de Espectro Autista o TEA?

 

La expresión Trastorno del Espectro Autista o TEA es el término con el que se conoce a un conjunto de dificultades y alteraciones que afectan al desarrollo infantil. El grado de estas dificultades varía mucho de un niño a otro, por lo que se habla de un “espectro”, es decir, de diferentes grados de alteración, existiendo niños y niñas con mayores y menores dificultades en su desarrollo.

Cuando se dice “Trastornos del Espectro Autista” o TEA se trata de abarcar el conjunto de trastornos que forman el grupo total de alteraciones.

  El TEA es una alteración que afecta al desarrollo del niño/a en la comunicación, el lenguaje, las relaciones sociales, al juego y la capacidad para enfrentarse a cambios y situaciones nuevas o para desarrollar comportamientos variados.

Seguramente conocéis otros tipos de alteraciones en el desarrollo, como niños y niñas que nacen ciegos, con dificultades sensoriales, con alteraciones genéticas, etc. En el caso del TEA aún no se puede detectar la existencia de la alteración concreta desde el nacimiento.

 De este modo el diagnóstico de autismo requiere la observación de características conductuales y de desarrollo, que los problemas se hayan manifestado antes de los tres años de edad, y que no haya evidencia de otras condiciones que son similares.

 La mayoría de las veces, el comportamiento característico del TEA puede identificarse alrededor de los 12 meses o antes de los 2 años de vida. En el cuadro siguiente podéis observar señales de alarma o indicadores que pueden hacer sospechar de la posibilidad de un TEA.

Señales de alarma en el desarrollo
Indicadores de posible Trastorno del Espectro de Autismo

 

Sospechas de los padres que son alertas rojas de Autismo de Desarrollo Social. Filipeck et al. (2000) Sospechas de los padres que son alertas rojas de Autismo de Comunicación. Filipeck et al. (2000)
No sonríe socialmente No responde a su nombre
Tiene contacto ocular pobre Parece sord/a a veces
Consigue las cosas por si mismo/a Parece oír algunas veces, pero no otras
Es muy independiente No puede decirme lo que quiere
Parece preferir jugar sol/a No señala ni dice adiós con la mano
Está en su propio mundo No sigue instrucciones
"Desintoniza" de nosotros Retraso en el lenguaje
No está interesado/a en otros niños/as Solía usar unas pocas palabras, pero ya no las dice
Sospechas de los padres que son alertas rojas de Autismo de Conducta. Filipeck et al. (2000) Indicación absoluta para una evaluació más amplia inmediata
No sabe cómo jugar con sus juguetes No dirige grandes sonrisas o expresiones de gozo al adult a los 6 meses
Se queda “enganchado” con los objetos una y otra vez (p. ej. no los suelta) No intercambia sonidos, sonrisas o expresiones faciales desde los 9 meses
Tiene un cariño extraño por algún juguete (p. ej. siempre lleva encima un cierto juguete) No balbucea a los 12 meses
Pone los objetos en fila No hace gestos (señalar, decir adiós con la mano, etc.) a los 12 meses
Es hipersensible con ciertas texturas o sonidos No dice palabras sencillas a los 16 meses
Anda de puntillas No dice frases espontáneas de 2 palabras (no simplemente ecolálicas) a los 24 meses
Tiene patrones de movimientos raros Cualquier pérdida en cualquier área (lenguaje o habilidad social) a cualquier edad
Tiene rabietas  
Es hiperactivo/a, no cooperador/a u oposicionista  

¿Cuál son las principales dificultades que los niños/as  pueden manifestar?

 

 Un niño o niña con un Trastorno del Espectro Autista  puede mostrar algunas o todas las siguientes dificultades:

  • Alteraciones o dificultades en las características de su comunicación e interacción social:
    • Deficiencias en lo que se conoce como reciprocidad socialcomo por ejemplo, desde un acercamiento social anormal y fracaso de la conversación normal en ambos sentidos pasando por la disminución en intereses, emociones o afectos compartidos hasta el fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.
    • Dificultades en la conductas comunicativas no verbales por ejemplo, desde una comunicación verbal y no verbal poco integrada pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total de expresión facial y de comunicación no verbal.
    • Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones, varían, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el comportamiento en diversos contextos sociales pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o para hacer amigos, hasta la ausencia de interéspor otras personas.
  • Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades como por ejemplo:
    • Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia,frases idiosincrásicas).
    • Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal (p. ej., gran angustia frente a cambios pequeños, dificultades con las transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales de saludo, necesidad de tomar el mismo camino o de comer los mismos alimentos cada día).
    • Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés (p. ej., fuerte apego o preocupación por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
    • Hiper- o hiporeactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento).

¿Cuál es el mejor tratamiento del TEA?

 

Los tratamientos válidos para el TEA se basan en la educación individualizada y en los apoyos especializados que fomentan las potencialidades del niño/a.

Fundamentalmente se dirigen a:

  • Fomentar las habilidades de socio-comunicativas que están afectadas.
  • Desarrollar las habilidades sociales y de autonomía personal, para favorecer la inclusión y la participación en la sociedad.
  • Facilitar la adaptación de la persona a los cambios y flexibilizar su conducta y su pensamiento.
  • Prestar apoyo a la familia ayudándoles a afrontar las dificultades que vayan surgiendo.

Cualquier tratamiento válido debe basarse en unos principios básicos:

  • Individualización ( el plan de trabajo debe ser individualizado ya que cada niño/a tiene unas características, un grado de afectación, una edad, un nivel de funcionamiento propio, etc).
  • Estructuración de la enseñanza, de las actividades y del entorno.
  • Apoyo familiar en relación a información sobre el trastorno, métodos, manejo de conductas, afrontamientos de sentimientos...
  • Uso de claves visuales: fotografías, pictogramas, dibujos, palabras escritas.
  • Generalización de los aprendizajes al entorno natural de la persona.
  • Incorporación de los intereses del niño/a para favorecer su motivación.
  • Evitación de los castigos y uso de refuerzos positivos, como premios o halagos.
  • La participación de la familia es un factor clave para el éxito de la intervención.
  • Coordinación entre los profesionales que trabajan con el niño para determinar objetivos, metodología...etc.
  • Conjugar equilibradamente las necesidades individuales , las prioridades familiares y los recursos que cada familia tiene.
  • El plan de trabajo debe tener medios para su evaluación continua.

Cualquier plan de tratamiento debe contemplar una evaluación inicial de todos los puntos fuertes y dificultades que tiene vuestro hijo/a, luego una planificación de cómo van a trabajar todas las dificultades tanto con el niño/a como con vosotros/as (sois una parte fundamental en la intervención).

Existen muchos y variados tipos de intervenciones para los TEA, pero no todos han demostrado su eficacia. En España muchos profesionales han utilizado la combinación de varias metodologías, así pues es fácil que se encuentre con profesionales que utilicen, por ejemplo, la metodología TEACCH, junto con apoyo conductual positivo, sistemas visuales, el uso del Método Denver, y  un programa de habilidades sociales.

Para mayor información se puede consultar las siguientes revisiones:

  • Fuentes, J. et al. Guía de buena práctica para el tratamiento de los trastornos del espectro autista. Revista de Neurología 2006; 43(7): 425–438.
  • Ospina, M.B. et al. (2008) Behavioural and Developmental Interventions for Autism Spectrum Disorder: A Clinical Systematic Review. PLoS ONE 3(11):e3755.doi:10.1371/journal.pone.00003755.

Bibliografía

 

  • Autism Speaks Inc. (2008) Manual para los primeros 100 días. www.autismspeaks.org/family-services/tool-kits/100-day-kit.
  • Alonso J.R., Canal R., Martín MªV., Bohórquez D., García P., Guisuraga Z., Martínez A., Martínez A., Herráez MªM., Herráez.
  • Z L., (2007). Un niño con Autismo en la familia. Universidad de Salamanca, Ministerio de Asuntos Sociales INSERSO.
  • Alcantud F., Rico D. y Lozano L. Trastornos del Espectro Autista: Guía para padres y profesionales (2012) Dipòsit Legal: V-1372-2012.