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Ciberplagio

La información de Internet también está sometida a los derechos de autor

Internet permite el acceso a una gran cantidad de información de variada naturaleza que es ampliamente utilizada por los estudiantes para la realización de sus tareas, en ocasiones infringiendo las normas más simples de la ética en el trabajo académico.

Esta situación ha llevado a acuñar el término ciberplagio, que refleja la facilidad que este medio brinda tanto al alumnado como a los propios docentes e investigadores para la comisión de conductas plagiarias, pero que no difiere en lo esencial del concepto clásico de plagio más que el medio del que procede la información. Copiar sin citar fragmentos de textos encontrados por la red, presentar trabajos localizados en este medio como propios, o pagar a una de las múltiples empresas que proliferan en la red para que realicen nuestros trabajos, son conductas inapropiadas y poco éticas que Internet facilita, pero que no promueve. Es tentador, sí. La información que necesitamos elaborar está ahí, la han hecho otros antes que nosotros, pero no es nuestra y no podemos interpretar erróneamente que el acceso gratuito convierte a la información en un bien público utilizable sin tener en cuenta los derechos morales de autoría o los patrimoniales de explotación, a los que hemos hecho referencia con anterioridad.

Plagiar o no plagiar no es una cuestión de medios de difusión es una cuestión de integridad personal, de esfuerzo y de interés por conocer y de seguir las normas éticas del trabajo académico.