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Tipos de plagio

“copia-pega”, collage, clonación, auto-plagio, reciclaje…

Existe una tipología muy diversa de plagios, que tienen como elemento común que no se ha efectuado una adecuada atribución de la procedencia de la información (Awasthi, 2019; Bretag y Mahmud, 2009). Entre las conductas más frecuentes de plagio académico que hemos observado entre el alumnado a lo largo de los últimos años se pueden mencionar las siguientes:

  • Copia literal de diferentes frases, párrafos o incluso de epígrafes o trabajos completos, con independencia de que se indique o no la fuente de procedencia y que se efectúe algún tipo de aportación propia. Esta conducta puede ser definida como la estrategia del “copia-pega”.
  • Una variante específica de la anterior conducta sería combinar ideas, frases o fragmentos de diferente procedencia, generalmente incluyendo en este caso alguna aportación propia. Esta forma puede ser caracterizada como la estrategia del collage.
  • Copiar manteniendo la misma estructura o forma de expresar las ideas, efectuando algunos cambios apenas significativos, tales como alterar el orden de las palabras, sustituir algún término por otro sinónimo o añadir alguna coletilla o ejemplo. Estaríamos frente a un proceso de clonación de textos.
  • Utilizar el contenido o textos de trabajos propios pero elaborados para otro fin (por ejemplo, otra asignatura), generalmente sin referir esa circunstancia. Estaríamos frente a la estrategia del auto-plagio o reciclaje.
  • Asumir la responsabilidad y participación en trabajos o textos en los que no se ha efectuado ninguna contribución o esta ha sido testimonial. Estaríamos frente a un plagio de la autoría o una autoría honorífica, que generalmente responden a que no se han realizado las tareas asignadas en los trabajos en grupo, siendo un proceso tolerado por el resto de integrantes del mismo.

De forma más específica o asociadas al desarrollo de trabajos de investigación más que a trabajos académicos del alumnado, existen otras muchas formas de plagio y conductas de falta de honestidad académica (Li, 2016), como las siguientes:

  • Plagio de contenidos o aspectos específicos. Consistente en plagiar una idea, hipótesis, teoría, concepto u otro aspecto específico a partir de la cual se puede desarrollar un trabajo completo, ofrecer una interpretación de los resultados del estudio o desarrollar una parte de otro trabajo. Constituye una práctica difícil de determinar si no se tiene un profundo conocimiento del área o la disciplina de la que se trate.
  • Autoría fantasma. Se trata de trabajos realizados por otra persona diferente a la que asume la autoría. Generalmente se trata de trabajos “comprados” por la persona firmante, un tipo de conducta que no resulta infrecuente en relación con textos presentados en cursos avanzados, como trabajos de fin de grado, memorias de máster o tesis doctorales. También es posible pagar para que otra persona realice parte del estudio (como el trabajo de campo o análisis estadísticos). Aunque pueden ser trabajos originales, además de la autoría que no se corresponde con la realidad, generalmente se trata de textos no tienen la calidad ni la rigurosidad que sería deseable.
  • Datos falsificados. Trabajos que aportan datos inventados, modificados o adaptados para que se ajusten a los objetivos o a la hipótesis propuesta en el estudio. Generalmente responden a que no se dispone del tiempo necesario para efectuar el trabajo de campo o la recogida de datos o que no se quiere realizar ese esfuerzo que generalmente es la parte más costosa en tiempo y dedicación.
  • Trabajo fragmentado o “salamizado”. Consiste en fragmentar un trabajo más extenso en dos o más partes, generalmente para presentarlas de forma diferencia y así incrementar el rédito en cuanto al número de publicaciones con el mismo esfuerzo.
  • Estudio redundante o duplicado. Trabajo que mantiene la misma estructura, objetivos, metodología e incluso bibliografía, con cambios puntuales de la temática u otro aspecto para tratar de hacerlo pasar por una contribución original, pero que en realidad no aportada nada (y que hay que diferenciar de los estudios replicados de forma justificada para confirmar la relevancia o aplicabilidad de los resultados de un estudio previo).
  • Traducción plagiada. Trabajo originalmente redactado en otro idioma que se plagia traduciéndolo a un idioma diferente. Al traducir trabajos (o textos) de otro idioma, se dificulta la determinación del plagio. Es habitual en regiones bilingües, que se efectuar traducciones del inglés, de idiomas de difusión minoritaria o de alfabetos no latinos.
  • Plagio e incorrecciones de citación. Dentro de esta categoría entrarían una amplia variedad de conductas, cuyo propósito es ofrecer una apariencia de rigurosidad u originalidad a un trabajo, como copiar referencias o la misma secuencia de citas de otros trabajos e integrarlas en el propio; incluir referencias no consultadas (y habitualmente inapropiadas); o presentar la bibliografía únicamente en el listado final del trabajo.

Falsa atribución y engaño (1)

En la conducta del plagio subyacen dos cuestiones fundamentales: por una parte, el ánimo de engaño sobre la contribución intelectual del que plagia, que se refleja en una falsa atribución de autoría; y por otra, la presentación de la información como nueva u original cuando no lo es. Partiendo de estas dos premisas en la tabla 1 se presentan las conductas más frecuentes cometidas por los estudiantes que constituyen plagio y se analizan otros dos aspectos implícitos en él: la voluntariedad y el consentimiento.

 Tabla 1. Acciones más frecuentes cometidas por el estudiantado constitutivas de plagio.

Acciones más frecuentes del estudiantado constitutivas de plagio

La intencionalidad y ánimo de engaño está presente en todas las acciones reflejadas en la tabla, salvo la citación inadecuada que puede estar cometida por desconocimiento o mala aplicación de las normas. Pese a esto, la ignorancia no debe ser ni esgrimirse como excusa y es responsabilidad del alumno conocer y aplicar correctamente las normas y la del profesor exigirlas y sancionarlas cuando esto no se cumple.

Si atendemos al origen de la palabra plagio, que deriva del latín plagium (“acción de robar esclavos”) (Real Academia Española, 2020), esta acción implica robo y falta de consentimiento por parte del verdadero autor de la obra. Sin embargo, como se ha visto existen acciones constitutivas de plagio en el que esta condición no se da. Es el caso del préstamo o la compra de trabajos donde existe consentimiento por parte del verdadero autor de la obra. Un caso particular es el auto-plagio, donde se comete esta falta, sin existir posibilidad de que uno se robe a sí mismo el crédito de autoría. En este caso se comete plagio al engañar al lector haciéndole creer que parte o toda la obra es nueva, original e inédita.