Principios esenciales para afrontar la escritura académica
Abordar el proceso de redacción siguiendo las pautas de desarrollo de la escritura académica evitando prácticas de mala conducta, particularmente el plagio, puede resultar complicado.
A continuación, se recogen toda una serie de consejos, recopilados en el trabajo de Breen y Maassen (2005), que tienen el valor de que han sido aportados por estudiantes.
¡Gestiona tu tiempo!
La gestión del tiempo constituye una habilidad esencial para evitar el plagio. El proceso de redacción académico implica leer documentos, tomar notas, resumirlos y asumir los contenidos transmitidos (lo que puede conllevar búsquedas de información, efectuar lecturas adicionales, releer algunas partes etc.), y finalmente un proceso creativo de escritura y reelaboración de los contenidos expresándolos con tus propias ideas y aporte crítico. Resulta obvio que todo esto no es posible si se dejan las tareas para el último momento, con lo que aumentan las posibilidades de incurrir en plagio, tanto involuntario como otras formas más graves, como la entrega de trabajos realizados por otras personas.
¡Adquiere habilidades como la capacidad de síntesis, selección de la información relevante o la lectura crítica!
Pretender retener todos los detalles de los artículos o documentos que se leen constituye un ejercicio abrumador e inabarcable. En lugar de ello, la lectura académica implica identificar y sintetizar las ideas esenciales que el autor trata de transmitir, buscar el dato que consideramos más relevante o relacionado con nuestro estudio o incluso utilizar procedimientos más elaborados como la lectura crítica, que implica un análisis profundo de las afirmaciones presentadas en los documentos científicos, determinando los fundamentos en los que se basan las afirmaciones del autores o autores, su aplicabilidad o relevancia.
¡Toma notas!
La toma de notas constituye una destreza esencial en relación con el proceso de escritura académica. Se puede recurrir a diferentes procedimientos, como procesos de subrayado o incluir anotaciones en los ficheros electrónicos, redactar las anotaciones en los documentos en papel o en una libreta de notas, indicando en este caso el documento a la que están referidas (e incluso la página y línea).
Aunque tras la lectura de un documento podemos pensar que hemos retenido las ideas principales y el contenido del mismo, esta situación será más difícil que se cumpla a medida que vamos leyendo más documentos, además de que es habitual que transcurra un tiempo desde que efectuamos la lectura hasta que acometemos el proceso de redacción. La toma de notas constituye probablemente el sistema más eficaz para afrontar el proceso de redacción académica a partir de las mismas. Además, las notas facilitan refrescar las ideas o profundizar en las lecturas realizadas.
Es recomendable utilizar tus propias palabras para la toma de notas, también puede ser interesante emplear diferentes códigos que remitan o identifiquen la temática de las notas, entrecomillar los párrafos literales para posteriormente efectuar citas literales, destacar el interés o relevancia de la idea anotada o hacer referencias cruzadas a otros documentos relacionados con la misma idea.
No es necesario escribir una gran cantidad de notas para cada artículo o documento leído ni que sean notas complejas o extensas, ya que se pueden limitar a palabras clave o destacar algún punto relevante. También es importante destacar que no es un procedimiento sencillo y lleva tiempo desarrollar y perfeccionar esta habilidad.
¡Parafrasea!
El procedimiento de parafrasear se fundamenta en la lectura de un documento; entender los conceptos e ideas transmitidas en el mismo; reelaborarlas redactándolas con tus propias palabras (incluyendo si ha lugar ideas propias); e incluir la referencia bibliográfica al documento parafraseado, tanto en el cuerpo del texto como en el apartado de bibliografía.
¡Referencia!
Familiarízate lo antes posible con el proceso de confección de las referencias bibliográficas utilizado en tu disciplina. El proceso de referenciación está perfectamente establecido y recogido en los llamados manuales de estilo de confección de las referencias bibliográficas, que explican en detalle cómo hacer referencia a los documentos consultados y utilizados para la realización de nuestro trabajo.
¡Practica!
La práctica constituye la única forma de adquirir las habilidades necesarias para un desarrollo adecuado de la escritura académica evitando el plagio. También la retroalimentación por parte del profesorado o personas más experimentadas en los procesos de redacción académica resulta esencial para identificar errores y en qué aspectos es necesario incidir en mayor medida.