
Sala de Juntas
Jueves, 13 de noviembre
15-17 h.
A través de los periódicos neoyorquinos, con sus innumerables artículos sobre la vida de Vicente Blasco Ibáñez, sus buenas obras, sus novelas, las películas basadas en ellas, las controversias y su rebelión contra la monarquía española, además de las disputas que provocan tanto su rebeldía como sus escritos, junto con su muerte, Blasco establece contacto, mantiene y/o profundiza su relación con un público lector neoyorquino que ya lo admiraba cuando llega a Estados Unidos a finales de octubre de 1919 para realizar una gira de conferencias.
La celebridad que los periódicos neoyorquinos descubren en Blasco a principios del siglo XX, y que luego ayudan a desarrollar y proyectar (ya sea de forma intencionada o no), es la de un gran novelista que posee un asombroso conocimiento en una amplia gama de campos, un alma excepcionalmente abierta que es un emisario cultural, no designado por España, en Estados Unidos, un héroe que desafía a la monarquía en su patria y un ser humanitario que muere mientras intenta llevar a cabo un noble proyecto que mejoraría la vida de los demás.
La trayectoria general de la acogida y el tratamiento crítico que los periódicos dieron a las novelas traducidas de Blasco dibuja un retrato fascinante de su ascenso a la fama, su largo período de influencia y presencia cultural, y su eventual declive en este campo. Sin embargo, su fama siguió creciendo durante la era del cine de Hollywood en el periodo entre 1921 y1926, que se solapó con su regreso público a la política en 1924, y finalmente con la larga serie de acontecimientos que, a modo de novela por entregas, rodearon su muerte en 1928, su entierro y el regreso de sus restos mortales a Valencia en 1933.






