Logo de la Universdad de Valencia Logo Cátedra L'Horta de València: Patrimonio, Vida, Futuro Sostenible Logo del portal

La vida y trabajo de las personas que han ocupado la huerta de Valencia a lo largo de los siglos no sólo nos han dejado un rastro material, arquitectónico y documental, sino también un verdadero patrimonio inmaterial que ha sido creado, conservado y reproducido en el tiempo. En este sentido podría hablarse de dos grandes ámbitos: un primero relacionado con el trabajo agrícola y la gestión del agua de riego; y un segundo relacionado con las formas de vida, costumbres, usos y fiestas que la gente fue practicando, estableciendo y pasando a sus sucesores hasta la actualidad.

En este sentido, en cuanto al primer ámbito, debemos incluir el saber hacer para cultivar las tierras, cómo labrarlas y recolectar los frutos, con una considerable variedad de productos que no siempre fueron los mismos, diferentes, por ejemplo, entre los medievales y los posteriores al siglo XVI con toda una gama de nuevos vegetales procedentes de América. Y evidentemente hablamos de una verdadera cultura del agua: un saber hacer alrededor del uso y la gestión del agua para regar los campos, con prácticas y experiencias que han sido experimentadas y transmitidas por generaciones. Puede servir de ejemplo tanto la actuación de los síndics de las acequias de l’Horta cuando actúan en el Tribunal de las Aguas, todo ello con procedimiento oral, como también la experiencia de los antiguos sequiers y actuales guardas de cada una de las acequias, encargados de vigilar la correcta circulación del agua, y la adecuada asignación de esta a cada zona.

Por otra parte, se ha de tener en cuenta las múltiples actividades cotidianas de la gente después del trabajo agrícola. Hablamos de preparar los productos para el consumo como el “pelar ceba”, llevar al mercado la cosecha diaria, hacer trabajos artesanales a domicilio como hacer “cadiretes de boga”, sin duda el trabajo doméstico en la alquería y en la barraca. Y, está claro, también los momentos de devoción religiosa pero también la fiesta laica, especialmente estos en las épocas más recientes.

Hablamos, por lo tanto, de un patrimonio oral que padece un evidente peligro de desaparición, no solamente por la pérdida progresiva del espacio físico de l’Horta de Valencia sino especialmente por la desaparición evidente de las personas que la habitan y la trabajan de forma probablemente todavía más rápida.