La Orquestra Filharmònica UV y el Cor Jove de l’Orfeó Català ponen en pie el Palau de la Música con el 'Requiem' de Mozart dedicado a las víctimas de la dana

  • Fundación General UV
  • M. Angelica Morales Lopez
  • 23 octubre de 2025
La Orquestra UV y el Cor Jove catalán, precedidos por Hilari Garcia Gázquez y los cuatro solistas, al finalizar el concierto. FOTOS: Eduardo Alapont.
La Orquestra UV y el Cor Jove catalán, precedidos por Hilari Garcia Gázquez y los cuatro solistas, al finalizar el concierto. FOTOS: Eduardo Alapont.

“Este concierto significa mucho para la Universitat de València y espero que haya podido contribuir a la recuperación de las personas damnificadas”. Con estas palabras trasladó su agradecimiento al público el director de la Orquesta Filarmónica UV, Hilari Garcia Gázquez, visiblemente emocionado sobre el escenario de la Sala Iturbi del Palau de la Música de València, al finalizar el concierto que la agrupación universitaria valenciana y el Cor Jove de l'Orfeó Català ofrecieron, el pasado 18 de mayo, con la interpretación del ‘Requiem’ de Mozart-Süssmayr y que puso en pie a un aforo de más de mil personas.

El Requiem, K. 626 de Mozart interpretado en València significaba “mucho” por varias razones, entre ellas, por tratarse de un concierto-homenajee a las víctimas de la dana del 29 de octubre de 2024 que asoló los pueblos del sur de la provincia, destinando la recaudación de la venta de entradas a los Programas de Ayuda y Recuperación Posdana de la Universitat. Una recaudación que llegó hasta cerca de los 10.000 euros.

Con la firme convicción de que “la música alimenta el espíritu”, el director titular de la Orquestra Filharmònica UV, Hilari Garcia Gázquez, asumió aquel “reto” poniéndose al frente de un concierto “de gran complejidad” en que confluyeron en perfecta armonía elementos orquestales, voces corales y las cuatro voces de solistas valencianos de reconocido prestigio: Blanca Ruiz (soprano), Isabel Marí (mezzosoprano), Gonzalo Manglano (tenor) y Vicente Antequera (barítono).

El Requiem, K. 626, de W. A. Mozart, en la versión “más exitosa” de la obra que tuvo que finalizar uno de los más estrechos colaboradores del compositor alemán, su alumno Süssmayr, sonó dentro de un contexto emblemático tanto por su carácter afectivo y emocional, de apoyo, ayuda y recuperación hacia las personas afectadas por la tragedia que golpeó el sur de València, como el año en que ha sido interpretado: el 30.º aniversario de la Orquestra de la Universitat de València, con una plantilla de 80 jóvenes músicos y músicas emergentes.

Para conmemorar la efeméride, la Orquestra Filharmònica UV había organizado un programa singular de actividades en el que se incluía el intercambio cultural y juvenil con el Cor Jove de l'Orfeó Català, repitiendo este concierto en el Palau de la Música Catalana, en Barcelona, una semana después.

Ambas agrupaciones se caracterizan por la juventud y el talento de sus miembros, además de compartir una misión común: enriquecer la formación musical y humana de sus integrantes mediante la interpretación de un repertorio de alta calidad preparado por profesorado especializado.

En este, se encontraba la misa para difuntos que Mozart compuso en su última etapa de la vida y que no pudo acabar. Según explicaba Hilari Garcia, la música del Requiem es “realmente extraordinaria para momentos de recuerdo y de emoción” por su expresividad extrema que alcanza “desde el dramatismo más absoluto hasta la gloria celestial”. “Podremos palpar todo su contenido dramático-expresivo, será música a flor de piel”, afirmaba. Y no se equivocó. Respeto, escucha, emoción… es lo que se respiraba entre un público que sujetó el impulso de levantarse de la butaca después de cada sección y romper el silencio de la pausa con fuertes aplausos.

La exaltación reprimida durante toda la interpretación, que evidenció una juventud entregada por completo, estalló finalmente con un auditorio erguido, de pie, que regaló durante minutos aplausos al elenco sinfónico-coral, los cantantes valencianos y los directores, guías, maestros… que habían hecho posible el proyecto: el director titular de la Orquestra de la UV y su homólogo en el Cor Jove catalán, Oriol Castanyer.

Lo que se vivió aquel día en el Palau fue, en definitiva, una experiencia “fascinante, enigmática y profunda” a través de una obra “que explora temas universales como la vida, la muerte y la redención”, llena “de emoción e intensidad”, que ha cautivado a la audiencia durante siglos situándose como referente “indiscutible” en el mundo de la música clásica, y que en 2025 en València, de la mano de jóvenes intérpretes, resultó ser uno de los conciertos más simbólicos del año por su significado y dimensión, envuelto de emotividad y esperanza.

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