La facultad de Derecho de la Universitat de València (UV) ha acogido este jueves una jornada sobre salud mental en el entorno laboral de la mano de Óscar Pérez Zapata, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas y autor, junto a Gloria Álvarez (Universidad Carlos III de Madrid), del artículo ‘Empleo, trabajo y riesgos para la salud mental: análisis y propuestas de intervención’.

La jornada ha contado con la presentación de Elvira Ródenas, directora general de Trabajo, Bienestar y Seguridad Laboral de la Generalitat Valenciana, y de Adrián Todolí, profesor de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la UV y codirector de la Cátedra de Economía Colaborativa, apoyada por la Fundación Las Naves de València. A su vez, la jornada también ha contado con la moderación de Carlos Navarro, periodista de eldiario.es de la Comunitat Valenciana.

No obstante, la ponencia principal ha venido de la mano de Pérez Zapata, docente de Organización de Empresas y doctor en Sociología, quien ha puesto el foco en cómo influye la intensificación o el esfuerzo laboral en la salud mental de los trabajadores y las trabajadoras. “Siempre pensamos que son dos esferas las que producen el desgaste: el esfuerzo y el tiempo. Actualmente los debates se centran mucho en el tiempo, pero nosotros pensamos que deben atender también al factor esfuerzo”, ha expuesto el profesor. En este sentido, ha mencionado, por ejemplo, la propuesta de la jornada laboral de cuatro días: “a priori está muy bien, pero tenemos que saber cómo afecta. Si los esfuerzos van a aumentar por reducir la jornada laboral, eso no nos compensa”.

Asimismo, Pérez Zapata ha expuesto que es necesario establecer una lista de causas laborales que afectan negativamente a la salud mental, pero también valorar cuánto peso tienen a nivel general. En esta línea, la sobrecarga de trabajo es el primer factor que más influye a la salud mental de los empleados y empleadas, seguido de las exigencias emocionales y la precariedad.

Así, la investigación plantea tres grandes actuaciones que podrían reducir entre un 60% y un 80% los casos de mala salud mental en las trabajadoras y los trabajadores, respectivamente. Una de ellas asociada a regular los ritmos, cargas y exigencias laborales; otra relacionada con reducir la precariedad vinculada a los salarios insuficientes, miedo a pedir mejores condiciones u horarios semanales reducidos; y, por último, una actuación centrada en mejorar las relaciones sociales, priorizando la resolución de conflictos.