La industria del curtido enfrenta graves problemas medioambientales debido a las aguas residuales contaminadas con metales pesados, sulfuros y sustancias tóxicas. Estos efluentes amenazan los ecosistemas, afectando aguas subterráneas, ríos y suelos agrícolas, así como la salud humana. Para mitigar la contaminación, se necesitan tecnologías avanzadas y alternativas químicas respetuosas con el medio ambiente, pero esto presenta desafíos, especialmente en países de bajos ingresos. La presencia de cromo hexavalente (Cr6+), carcinogénico, es una preocupación, y la biorremediación mediante bacterias se propone como una solución. El proyecto se basa en muestras de una curtiduría tunecina, donde se aislaron cepas bacterianas con cierta capacidad de bioremedición, sin embargo, las muestras contienen una gran proporción de bacterias no cultivables. El enfoque principal es entender las rutas metabólicas en microbios no cultivables para diseñar estrategias efectivas de bioremediación y estudiar interacciones microbianas en este entorno. Otro objetivo es estudiar interacciones entre microbios en este ecosistema único mediante genómica de células individuales, que pueden servir para aumentar la capacidad de bioemediación.