Fernando Moreno Barberá proyectó junto a la antigua Facultad de Derecho, la actual Facultad de Geografía e Historia (en aquel momento de Filosofía y Letras). Ambos edificios comparten similares características formales y deben entenderse como un conjunto armónico.

Es característico en esta Facultad de Geografía e Historia el juego de diferentes volúmenes, alternándose en la distribución del inmueble, algunos edificios altos con otros más bajos, como se puede ver en la fachada principal, recayente a la avenida de Blasco Ibáñez. En los primeros observamos los muros cortina que visten los paramentos exteriores con un aspecto decididamente moderno, construidos con vidrios y perfiles metálicos verticales, marcados además por los potentes forjados horizontales que dividen los pisos. En los edificios más bajos es donde observamos el uso más intensivo del hormigón visto, como recurso también estético. La entrada de la Facultad se realiza a través de una grada cubierta por una potente marquesina (como es habitual en la obra de este arquitecto para la Universitat de València). Forman parte también del discurso arquitectónico de este inmueble los amplios parasoles verticales movibles recayentes a la fachada lateral del edificio, en la calle Dr. Moliner. También, en este mismo lado, se disponen los pilares de hormigón en forma de L invertida, siento este un elemento muy común en la obra de Moreno Barberá. El cristal y el hormigón serán pues la referencia, como materiales principales de esta arquitectura vinculada al Movimiento Moderno de mediados del siglo XX. Un elemento presente también en el proyecto original es la utilización de la vegetación que rodea parte del perímetro de la fachada principal del edificio y de otros árboles y plantas que humanizan la frialdad de los elementos y materiales arquitectónicos empleados. La arquitectura se concibe como un conjunto de elementos diversos que conforman finalmente la imagen del edificio construido: la luz tamizada por los parasoles, la vegetación, los patios, los materiales…