La Clínica Internacional de Derechos Humanos, como su propio nombre indica, asume aquellos casos que reúnen un destacado trasfondo humanitario y que requieren, para su solución, explorar vías de acción, de denuncia y/o de justicia transnacionales. En este sentido, la Clínica utiliza todos los mecanismos de protección que habilita el Derecho Internacional para velar por la garantía y el respeto a los derechos humanos, apostando siempre por la protección de las personas más vulnerables. Para ello, entre sus funciones destacan el acompañamiento y asesoramiento a aquellas víctimas que han sufrido graves violaciones de derechos humanos; la realización de estudios o informes de apoyo técnico a diversas instituciones, organizaciones y ONG; la participación en amicus curiae frente a tribunales regionales; la acción frente a los órganos especializados de Naciones Unidas (Consejo de Derechos humanos, comités de tratados, relatores…); la colaboración durante las diversas fases de los litigios estratégicos, etc. Todo ello con la intención de explorar las vías de acción internacional más idóneas para exigir justicia y obtener reparación.