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RESUMEN TVMORFOSIS/CONTD

LOS CONTENIDOS AUDIOVISUALES EN EL NUEVO ESCENARIO MEDIÁTICO

2-4 de Junio de 2015 – Edificio La Nau de la Universitat de València

 

El encuentro TVMorfosis, una de las referencias para el análisis y reflexión sobre el sector audiovisual en Iberoamérica, ha llegado a su X edición. Y lo hace, por primera vez, dando el salto a Europa de la mano de las jornadas CONTD – Contenidos para la Televisión Digital, que vienen realizándose desde hace ocho años en la Universitat de València, España, como punto final del Máster Oficial en Contenidos y Formatos Audiovisuales. Durante este tiempo, las jornadas CONTD se han constituido también como una cita ineludible para académicos, profesionales y estudiantes de la comunicación valencianos y españoles. De esta fusión enormemente enriquecedora, ha surgido TVMorfosis/CONTD, una iniciativa nacida con el objetivo de abrir un foro de discusión entre Europa e Iberoamérica para establecer una radiografía del estado actual del flujo mediático digital, con sus consecuentes conclusiones, y aportar referentes de equilibrio y regularización en los diferentes ámbitos de la Comunicación Audiovisual.

El evento ha sido producido y realizado por el Canal 44 de la Universidad de Guadalara (México) y el Taller d’Audiovisuals (TAU) de la Universitat de València para ser transmitido en directo a través del espacio de radiotelevisión iberoamericano y de la red de televisiones universitarias de ámbito español, europeo e iberoamericano, gracias a la colaboración de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas (ATEI), la Asociación de Profesionales de Audiovisuales Universitarios (APAU) y la Asociación Española y Europea de Cine e Imagen Científicos (ASECIC).

TVMorfosis/CONTD tiene un formato diferente a las clásicas jornadas o congresos, ya que se trata de un formato audiovisual que combina debates o entrevistas. La finalidad de estos debates/entrevistas, que en esta ocasión han sido presentados y moderados por la profesora Marga Landete, de la Universitat de València, ha sido ofrecer a los asistentes y a los telespectadores un espectro amplio de opiniones y experiencias, así como plantear cuestiones que favorezcan la reflexión sobre el nuevo flujo de los contenidos audiovisuales en el marco de la multidifusión digital. Opiniones y reflexiones provenientes de expertos y analistas, profesionales de la producción audiovisual, creativos, teledifusores, investigadores y alumnos de comunicación tanto europeos como iberoamericanos que han aportado un panorama lo más amplio posible de la situación en que se encuentra el sector audiovisual en la actualidad en ambos territorios.

Buena parte de estas cuestiones ya quedó planteada durante la inauguración presidida por Esteban Morcillo, Rector de la Universitat de València, y por Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, Rector de la Universidad de Guadalajara. Asimismo, en este primer acto intervinieron Rosa Marín, Vicerrectora de Estudios de Postgrado de la Universitat de València; Gabriel Torres, director del Canal 44 de la Universidad de Guadalajara; Miquel Francés, director del Taller d’Audiovisuals de la Universitat de València; y Jorge da Cunha Lima, presidente de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas, ATEI.

Da Cunha destacó que las jornadas TVMorfosis/CONTD eran una gran oportunidad para dar respuestas y descubrir cómo hacer televisión en un mundo complejo, con tanta diversidad. Francés, por su parte, explicó que este encuentro suponía todo un reto que merecía la pena asumir, especialmente para las universidades, que son quienes propician los profesionales del futuro. Torres incidió en la amplitud de alicientes de estas jornadas, puesto que supone una reflexión en la que se convoca al talento, a profesionales, profesores, académicos y gestores de la televisión. A continuación, Marín, insistió en la parte creativa y de innovación que incorporan este tipo de actos por su capacidad para congregar a estudiantes cuyos proyectos puedan ser defendidos ante una representación de la industria audiovisual española y latinoamericana. El Rector Bravo Padilla intervino a través de un mensaje de vídeo agradeciendo la hospitalidad de la Universitat de València por haber permitido este nexo de debate entre ambos continentes para tratar los desafíos, la regularización y el tratamiento de los contenidos audiovisuales en la era digital. Además, añadió que su análisis y discusión son necesarios tanto para los profesionales como para los ciudadanos, ya que ambos interactúan con los contenidos diariamente. Por último, cerró el turno de intervenciones el Rector Morcillo, dando la bienvenida a todos los ponentes y participantes de Latinoamérica y definiendo las jornadas como un necesario flujo mediático y de comunicación entre ambos continentes, una colaboración que debería extenderse en el futuro.

 

Entrevista: Hacia un nuevo modelo mediático.

Giuseppe Richeri (Universitá de la Svizzera Italiana)

El profesor Richeri empezó las entrevistas de TVMorfosis/CONTD hablando del impacto de Internet en el panorama comunicativo mundial, tanto económico como social y cultural. Una cuestión que, como no podía ser de otro modo, estuvo muy presente a lo largo de las diferentes charlas y debates que tuvieron lugar durante estos días en Valencia.

Entre los cambios culturales y sociales que introduce Internet en los media, Richeri habló de cómo la red y otros social media permite interactuar con las personas y cómo ha multiplicado la oportunidad de acceso al contenido audiovisual. Desde el punto de vista negativo, insistió en la fractura de las funciones sociales que puede traer consigo la televisión digital, sobre todo como consecuencia del consumo individualizado que aporta la multipantalla. La televisión, desde su posición, es la base para la creación de identidad y cohesión social y con la creciente fragmentación, esta cuestión se verá cada vez más afectada. La fragmentación del público, pues, segmenta a la sociedad, ya que cada uno elige en función de sus intereses, lo que nos obliga a analizarlo críticamente. La televisión está relacionada con la democracia y la evolución de los media está cambiando esta conexión de manera incierta. Así, para el profesor Richeri, el consumo televisivo diverso provoca un patrimonio cultural personalizado, individualizado. En ese sentido, Internet se puede considerar un elemento de discriminación, porque todavía no hemos resuelto la brecha digital.

En la parte económica, la principal transformación tiene que ver con el llamado video on demand, es decir, acceder a un catálogo muy amplio de contenidos audiovisuales pagando solo por un producto genérico. Un ejemplo de esto es Netflix, que es la empresa que de mayor éxito en estos momentos con este tipo de oferta. De hecho, sólo en EEUU ha conseguido 40 millones de abonados. Entre otras consecuencias, con este tipo de servicios y de empresas la penetración de contenidos de Hollywood es mucho más fuerte, puesto que, aunque ofrece el 20% de contenido local, el 80% es de fuera. Visto así, la llegada de Netflix a Europa y a otros territorios puede aumentar el desequilibrio de la industria audiovisual local.

Según Richeri, esta transición que estamos viviendo no sólo atañe a la economía, a la sociedad y a la cultura, también modifica el valor del negocio. Toda la cadena de valor se ve afectada. El espectador ahora tiene que decidir lo que ve, y para tener éxito entre el público ahora entra en juego un elemento interesante: el big data. La metodología de búsqueda todavía es muy aproximada, de tal modo que a través del análisis puntual de lo que hacen las personas con Internet o del diseño de un algoritmo que permite obtener tal información se llega a individualizar y conseguir productos definidos. Netflix lo ha entendido perfectamente e invierte al año más de 300 millones de dólares para investigar el big data, lo que le permite tener controlado el mercado.

En este escenario, Netflix no sólo gestiona la compraventa de derechos de distribución, etc. sino que también modifica los productos en función de los resultados obtenidos a partir del big data. Netflix sostiene que el abonado, que puede acceder a todos los programas, tiene la sensación de tener una cantidad enorme que no va a poder consumir, lo que le genera frustración. A partir de sus algoritmos, insiste Richeri, lo que hace es ayudar a encontrar en esta cantidad de productos cuál es el que más le puede interesar al usuario o le ayuda a seleccionar lo que le gusta, produciendo satisfacción en el cliente.   

Por tanto, en el debate sobre la calidad se han introducido nuevos elementos a considerar. Para Richeri se trata de una cualidad difícil de definir, porque se puede referir tanto a la parte técnica como al contenido en sí del formato televisivo. De todas formas, el experto señaló que quien debe apostar por la calidad es el propio canal de televisión, pues es el encargado de mejorar el gusto del público. Normalmente el dinero no condiciona la calidad, pero sí que es un factor muy importante para conseguirla. Por ello, se hace necesario que las televisiones públicas tengan un buen sistema de financiación, porque son el contrapunto en muchas ocasiones a los contenidos de las televisiones comerciales, cuya oferta persigue otros intereses. La calidad depende, pues, del público y de su exigencia. En consecuencia, el problema fundamental es la educación del espectador, porque si queremos mejorar la calidad de los contenidos, hay que mejorar la cultura de las personas. Pero eso lo tiene que hacer el Estado, la escuela, las familias e incluso la televisión pública, y eso necesita tiempo, quizá generaciones, abundó Richeri.

Otra de las cuestiones que preocupan al profesor Richeri es la pérdida de identidad europea como consecuencia de la enorme importación de contenidos extranjeros, fundamentalmente norteamericanos, a pesar de las leyes protectoras existentes. Un problema que está afectando al conjunto de la industria audiovisual europea, excesivamente dependiente de los EEUU. Un caso similar lo está padeciendo China.

Para el autor, el ideal sería producir en Europa películas que puedan atraer al público, aunque las razones del dominio americano son varias. Unas de las principales es la diferencia de presupuesto, sobre todo en marketing y publicidad. Si una película europea invierta 3 millones de dólares en promoción, las majors de Hollywood se gastan en una película más de 20 millones de dólares. Este dato condiciona todo.

Sin embargo, para el experto, en Europa no se ha hecho lo suficiente para mantener y promover la producción audiovisual europea. En ese sentido, las televisiones públicas europeas deberían jugar un papel importante y, entre otras cosas, podrían comprar series europeas antes las americanas, con lo que se conseguiría aumentar un sentimiento común de identificación, una cultura europea unificada. Normalmente, los audiovisuales que se consumen en los países europeos son series nacionales y americanas, no hay de otros países europeos. Estos cambios, insiste Richeri, deberían hacernos reflexionar en la UE para encontrar las medidas que nos permita sentirnos optimistas, pero las señales no son positivas.

 

Debate: Modelos de comunicación audiovisual en la era digital.

En el primero de los programas debate, expertos del medio audiovisual de Colombia, México y España revisaron los aspectos principales de los nuevos modelos de comunicación en Europa, Iberoamérica y EEUU. También hablaron de los cambios que la digitalización ha producido en la representación de la cultura y las nuevas relaciones establecidas entre los nuevos contenidos audiovisuales y la comunidad científica.

Emili Prado, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, aseveró que la gran cantidad de contenidos a los que puede accederse hoy día en las distintas pantallas nos coloca frente a un gran almacén audiovisual.  Un gran depósito del cual podemos tomar los contenidos de nuestra preferencia, bajo las condiciones que decidamos. Es decir, el usuario dispone hoy día, como nunca antes, de la posibilidad de decidir cuándo, cómo y dónde usar, consumir, un contenido.

Prado señaló, además, que este inédito panorama audiovisual trae como consecuencia un proceso de desregulación que hace cada vez más difusa la posibilidad de mantener las normativas del sector como hasta ahora han sido concebidas y aplicadas en los distintos países de Europa, Iberoamérica y Estados Unidos. El experto enfatizó que, ante todos estos cambios en la manera de consumir televisión, hoy día este medio es considerado como un contenido, más que como un canal de distribución. 

A propósito de los las nuevas maneras de producir y consumir televisión, Alfredo Sabbagh, productor audiovisual, documentalista y profesor de la Universidad del Norte, en Barranquilla, señaló que el ritmo del cambio en esta área de la comunicación es tan vertiginosa que no hay nada claro, ni firme. Todo está en constante movimiento.  Sabbagh aseguró que en breve pasaremos de la “democracia audiovisual a la dictadura del dispositivo”. El consumo cada vez más creciente de los contenidos audiovisuales en los distintos dispositivos de los que ahora dispone el usuario, no va a cambiar, sino que seremos los creativos de contenidos quienes deberemos adaptarnos a esta nueva realidad, insistió el documentalista colombiano.  Por eso, Sabbagh apuntó que deberemos estar  preparados y dispuestos a crear contenidos en nuevos formatos que puedan cautivar a los nuevos usuarios, especialmente a los nativos digitales.

Ante el creciente e indetenible auge del consumo audiovisual en los múltiples dispositivos y la cada vez más abundante oferta de contenidos a disposición del consumidor audiovisual,  Carmina Crusafón, profesora de la Universitat de Barcelona y subdirectora del Observatorio Iberoamericano de la Comunicación, expuso su preocupación por el presente y futuro de las políticas públicas de regulación del audiovisual. 

En principio, destacó,  habrá que repensar el proceso de desregularización y deberá hablarse más que de industrias audiovisuales, de industrias creativas, porque la hibridacióm que lleva consigo el proceso, torna cada vez más porosas las fronteras entre los medios.  El sector vive un proceso de sinergia que va más allá de los esquemas colaborativos y que impacta la creación del producto final, según su visión. Crusafón expresó también su preocupación por la magnitud de la dimensión económica como condicionante para la producción de contenidos en el sector.  Y señaló que esta situación va en detrimento de la dimensión social y cultural de la creación audiovisual,  pues subestima la influencia del audiovisual, especialmente el cine y la televisión, en la construcción de los imaginarios colectivos.

Insistiendo sobre los riesgos que entraña privilegiar los criterios cuantitativos sobre los cualitativos en el proceso de la creación audiovisual, Gerardo Ojeda, Secretario Técnico de la Plataforma Audiovisual ASECIC362, destacó en cambio, las múltiples ventajas que puede significar la convergencia de medios clásicos y digitales en favor de la producción de contenidos para medios culturales y educativos. Este es, a su juicio, un gran momento para los contenidos educativos en televisión y la debemos aprovechar.

Por su parte, el subdirector del Centro Ático de la Pontificia Universidad Javeriana, Germán Franco, abundó en la necesidad de volver a colocar los contenidos como centro del sentido de la producción audiovisual. Destacó la gran potencialidad de la hibridación y convergencia de medios a favor de la anhelada comunicación popular y alternativa, promovida en los años 60.  Nunca como ahora, dijo, los usuarios han tenido la posibilidad de crear sus propios contenidos y poner el énfasis en lo que realmente les interesa. Ser, en definitiva, el creador y protagonista de sus propias narrativas. Estamos entonces, señaló Franco, ante un nuevo actor de la comunicación, un receptor capaz de convertirse en emisor, sin necesidad de las mediaciones tradicionales. En ese sentido, el comunicador contemporáneo debe estar cada vez más consciente de su nuevo rol, que no es otro que facilitar que la sociedad cree sus propias narrativas.

En esa línea, y para finalizar, los expertos de México, Colombia y España participantes en este debate coincidieron en afirmar que una de las grandes tareas pendientes es facilitar a los usuarios/prosumidores los canales para visibilizar los contenidos que producen. Para ello apuntaron que las televisiones públicas, incluyendo las universitarias, están llamadas a convertirse en los escenarios naturales de este proceso.  

 

Debate: La regulación del sistema audiovisual contemporáneo.

En este debate se quiso plantear la importancia de la regulación en los cambios y la evolución de los contenidos audiovisuales, una cuestión a la que se suele dedicar una menor atención. Fué el profesor José Mª Vidal, de la Universitat de València, quien expuso en primer lugar si los contenidos deben o no regularse, ya que, aunque exista la necesidad de regular los contenidos, siempre surgirá el debate sobre la libertad de expresión. Puso como ejemplo la Comunitat Valenciana, región en cuya capital, Valencia, se celebran las jornadas. En estos momentos, dijo Vidal, no hay medio públicos ni regulación audiovisual válida, pero cuando existía una televisión pública, ésta estaba muy condicionada e instrumentalizada por los poderes públicos.

En un contexto más general, Vidal habló de España, donde siempre ha habido la tradición de que los medios públicos estén regulados por el gobierno, excepto el periodo comprendido entre 2006 y 2012, donde estuvo vigente una ley promovida por el ejecutvo del socialista Rodríguez Zapatero, que intentó desguvernamentablizar la radiotelevisión pública estatal. En su opinión, esta dinámica no hace más que perjudicar al público y a sus derechos. Este exceso de regulación europea contrasta con la situación de Estados Unidos, según explicó John Ospina, subdirector de Señal Internacional Canal 31.2 Los Angeles (EEUU), quiso hacer referencia a los diferentes marcos regulatorios que había entre los dos continentes referentes al sector audiovisual, cuyo escenario es mucho más flexible en el caso norteamericano.

A continuación, Elisenda Malaret, de la Universitat de Barcelona, señaló que siempre hay un mínimo de regulación en los contenidos audiovisuales que garantice unos requisitos mínimos: el respeto al derecho de la democracia, la diversidad de opiniones, la diversidad social, cultural y política, etc. Y una vez presentes estos requisitos mínimos, cada Estado adapta y aplica el marco regulatorio de forma diferente dando como resultado regulaciones muy diferentes entre sí. En el caso de España, expresó que tiene una peculiaridad evidente y es que “siempre llega tarde a la regularización del audiovisual”, un sector muy sensible ya que hay muchos derechos y libertades en juego. Es por ello que el reto para la regulación europea consiste, para Malaret, en sintonía con Richeri, en cómo garantizar la difusión de obras europeas y la promoción de la diversidad cultural después de la aparición de plataformas como Netflix.

Alexandra Falla, de la Universidad Javeriana de Bogotá, abrió su intervención poniendo en contexto cómo era la regulación de la televisión en Colombia, donde, según su opinión, los avances han rebasado la regulación actual del audiovisual, que data del año 1995. Falla explicó que, en Colombia, la televisión pública sólo vive de los ingresos de las televisiones privadas y es por eso que resulta necesario reflexionar sobre este modelo de negocio y convertir la televisión pública en una institución eficiente. Además, apuntó, la televisión pública también juega un papel importante dentro de la regularización audiovisual de un país, por lo que es importante reflexionar sobre el contexto cultural y político en que esta regularización tiene lugar.

En el debate posterior sobre qué elementos hay que calibrar antes de llevar a cabo una buena regulación del sector audiovisual, Vidal aseguró que, a la hora de conjugar todos los elementos que intervienen dentro de la regulación del sector, siempre se acaba priorizando alguno, y el problema es que en España, el elemento que siempre ha acabado prevaleciendo es el control del poder político: “En Europa tenemos la oportunidad de hacer la televisión más democrática y hacerla para los ciudadanos, porque cada día hay motivos para cambiar la regularización, pero no se hace”, explicó Vidal.

Malaret, por su parte, destacó que la regularización actual estaba muy lejos de los motivos por los que se había instaurado: fortalecer la libertad de opinión y la pluralidad cultural y social. Ahora, gracias a los cambios tecnológicos, en el sector audiovisual estaba se estaba produciendo  una concentración mediática a manos de dos o tres empresas que tienen en sus manos la gran mayoría de los canales de información y entretenimiento. Este dato fue también denunciado por el resto de ponentes.

Ospina continuó la discusión asegurando que “regulamos por miedo a perder el control”, y precisamente nuestros sistemas regulan con los grandes grupos para mantener ese control. Para evitar ese control, sostuvo, se tenía que llevar a cabo una conquista ciudadana con tal de que se regule según las preferencias de la sociedad y no de los grandes grupos, que aunque en España sean dos o tres empresas, en Colombia se trata de una sola persona la que controla todos los medios.

Como ejemplo de lo que debería ser una buena regulación del sector audiovisual y de pluralidad de medios, Elisenda Malaret puso de ejemplo el caso de Finlandia, donde a pesar de haber muy pocos medios, se trata de un país donde la pluralidad de opinión y diversidad está más que garantizada en el sector audiovisual. En la misma línea se pronunció Vidal, que además de apoyar la opinión de Malaret, expresó que lo que se debía hacer era cambiar la perspectiva para que el usuario pueda intervenir en los contenidos. Según Vidal, se hacen las leyes y regulaciones desde arriba, y habría que hacerlas desde abajo, “una regularización más participada por la ciudadanía, especialmente en este sector”. Alexandra Falla añadió, además, que aparte de darle participación, también habría que formar al espectador y fortalecer una audiencia diferente, que aporte argumentos para valorar mejor la televisión y sus contenidos. En su opinión, muchas personas se quejan de que no se crean buenos contenidos, sin embargo, cuando se emiten, muy poca gente los ve.

Por lo que se refiere a garantizar la pluralidad en la televisión, Malaret y Ospina coincidían en que es necesaria una gran voluntad por parte del poder público para establecer una buena regulación que respete los derechos y libertades básicas de la sociedad, además de una autoridad que asegure que se cumplen todas las leyes. Ospina puso el ejemplo de Chile, donde las producciones audiovisuales financiadas por el gobierno se declaran como CreativeCommons, es decir, con una licencia que permite la libre difusión del contenido para concienciar al público de que si la producción ha salido de sus impuestos también tienen responsabilidad sobre la obra. Sin embargo, Vidal expresó que no solo depende de los poderes públicos, sino también de todos los profesionales del sector y de los medios de comunicación involucrados.

Antes de concluir con el debate, Vidal añadió que el reto más importante en España era establecer un buen marco regulatorio, ya que el resultado había sido siempre malo. Según el profesor, ahora tenemos la oportunidad de incidir desde los profesionales y la ciudadanía para evitar que la producción se concentre y no sólo decidan unos cuantos. En sus palabras: “la regulación la necesitamos, y la necesitamos ya, con crisis o no”.

Para Ospina, lo fundamental es conseguir una buena democracia para que “el ciudadano se empodere y pueda decidir”, mientras que para Malaret, lo esencial es no olvidar que la discusión está en los derechos individuales. Y es por ello que el sector audiovisual necesita de unas reglas claras para respetar y garantizar estos derechos. Por último, Alexandra Falla opinó que la regularización ha de estar siempre encaminada a construir una sociedad mejor, y en consecuencia debe pensar más allá de las plataformas y mercados. “Debe reflexionar en el para qué de los contenidos con el fin de construir pluralidad y democracia”, concluyó.

 

Debate: Contenidos y formatos audiovisuales en la multidifusión digital.

Las nuevas formas de clasificar los contenidos y formatos audiovisuales, desarrollarlos y producirlos, asi como las nuevas audiencias, públicos y usuarios, centraron la atención de este encuentro entre especialistas audiovisuales de Iberoamérica y Europa. En esta oportunidad participaron Guillermo Orozco, profesor de la Universidad de Guadalajara y coordinador del Observatorio Iberoamericano de Ficción Televisiva; Eduardo Prádanos, consultor de nuevos medios; Francesc Escribano, director de la productora Minoria Absoluta; Matilde Delgado, profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona e integrante del Observatorio de la Programación Televisiva; y Carlos Lineros, Coordinador de Mediaciones Comunicacionales de la Universidad Nacional a Distancia de Colombia, UNAD.

Orozco inició su intervención revisando cómo ha cambiado en los últimos tiempos el vínculo de las audiencias con los contenidos de ficción.  Según explicó, esto se traduce en que el pacto de credibilidad del usuario ante la obra de ficción se ha trasladado de la verosimilitud a la noción de probabilidad.  Ante los nuevos relatos de ficción el usuario ahora se plantea el “pudo haber sucedido”, más que el “sucedió”, señaló.

También se refirió el experto mexicano a que, paradójicamente, aunque tenemos toda la tecnología, no estamos aprovechando toda su potencialidad, ni como productores ni como audiencias.  No es cierto que todos podemos producir contenidos, ha dicho. Una cosa es ser un receptor activo y otra ser un productor de contenidos. A lo que debemos aspirar, en todo caso, es a ser productores de contenidos, eso sí que marca una diferencia importante entre las audiencias clásicas y contemporáneas. 

Otra consecuencia de la multidifusión digital es la tendencia a producir contenidos más cortos.   En Televisa, ejemplificó, se están produciendo novelas para la web con capítulos de 4 minutos de duración. La intención es capturar la atención de ese usuario saturado por la abundante oferta de contenidos y que además tiene la posibilidad de crear sus propios contenidos desde sus dispositivos de uso diario.

Por su parte, Eduardo Prádanos, especialista en branded content y storytelling, alertó sobre el impacto que causa en las relaciones sociales la exposición permanente a la multiplicidad de pantallas y la sobresaturación de información. Las relaciones basadas en el factor humano están siendo desplazadas por las relaciones construidas desde los dispositivos. A eso hay que prestarle atención y esforzarnos por evitarlo, pues no podemos dejar que los dispositivos dominen nuestra cotidianidad, señaló.

Con respecto al nuevo rol del usuario, Prádanos coincidió con Orozco en afirmar que es muy difícil que el usuario cree contenidos.  Mas allá del fenómeno de los youtubers, más allá de la fama masiva y casi instantánea que ha significado para muchos este medio, lo cierto es que, según estudios recientes, el porcentaje de usuarios creadores de contenidos sigue siendo bajo.

Destacó también que la producción de contenidos transmedia, a pesar de haberse convertido en una tendencia sobre la cual se habla mucho en los últimos tiempos, sigue siendo muy difícil en España. No hay todavía una disposición real a asumir esta modalidad audiovisual en las productoras y canales.  Hasta la fecha, sigue siendo una gran aventura para quien la emprende. Un ejemplo reciente es la serie de ficción El Ministerio del tiempo (TVE), que se ha convertido en una experiencia transmedia exitosa gracias al equipo creador más que a la cadena que asumió su producción. Lograr que creadores y productoras/canales conjuguen sus intereses y recursos para la producción transmedia sería el escenario deseable.

Concluyó Prádanos señalando que la medición de audiencia social aún no se ha integrado a los planes de medios y que ése debería ser el siguiente gran paso en la industria audiovisual, pues  hay que aprovechar toda la potencialidad de los prosumidores. El estudio de la audiencia social nos permitiría acercarnos y conocerles más, para así saber con más exactitud cómo integrarlos a nuestros proyectos.

Abundando en las limitaciones para la producción masiva de contenidos por parte de los usuarios, bien por el bajo acceso a la tecnología bien por la falta de interés en hacerlo, Francesc Escribano, de Minoria Absoluta, introdujo en la discusión la variante económica. ¿Quién pagará la producción de contenidos de los usuarios? se preguntó. Con respecto a los obstáculos que aún confronta España para la producción audiovisual con narrativas transmedia, Escribano advirtió de que, a pesar de ese panorama, el transmedia constituye, sin duda alguna, la mejor herramienta para seducir a las nuevas audiencias. Unas audiencias que reclaman un espacio en la construcción del relato, que reclaman participación directa en la obra.

Con respecto a la vigencia de los modelos clásicos de producción frente al transmedia aseguró Escribano que no son formas de producción excluyentes. En pantalla pueden coexistir la una y la otra, porque habrá contenidos que serán mejor contados en claves clásicas que en claves transmedia y viceversa. El profesional recordó cómo, en estos momentos, los medios tradicionales están buscando cada vez más el “efecto directo”, es decir, la posibilidad de una alta interactividad a partir de la transmisión de contenidos en directo que permitan interactuar con el público en tiempo real. Para ello, las cadenas se apoyan en herramientas como las redes sociales, especialmente el twitter, que por sus características facilita la interactividad instantánea y de un modo muy sencillo para el usuario. Se trata, entonces, de que esa plaza pública que es el medio tradicional desde donde se convoca a la audiencia, tenga hoy otras expresiones, como es el caso de las redes sociales, que deben ser aprovechadas en su totalidad.

Por su parte, la profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona, Matilde Delgado, destacó la fugacidad de los formatos y contenidos en las distintas pantallas audiovisuales. Es tan vertiginoso el ritmo que los contenidos y formatos sufren un desgaste rápido, comentó. En ese sentido, la experta apuntó que, hasta ahora, el género que ha conseguido una mayor supervivencia ha sido el entretenimiento y esto ha provocado que, en general, se haya extendido el tratamiento de los contenidos bajo este macrogénero, de tal modo que nos encontramos en que los distintos canales terminan ofreciendo los mismos contenidos. En ese escenario, el macrogénero que domina la pantalla desde los años 90 es el infotainment, también llamado infoshow o telerrealidad, que ha logrado posicionarse en la pantalla televisiva fundamentado en una tendencia que privilegia lo real, o, en todo caso, aquello que parece real. 

Delgado también expuso que el fenómeno de la hibridación en televisión equivale a la convergencia en tecnología, lo que significa un gran motor para la innovación, por lo que considera fascinante este momento para el estudio de la televisión el particular y el audiovisual en general. Finalizó su intervención la profesora destacando que las lógicas de la televisión mantendrán aún su vigencia durante un tiempo largo. El prime time de Internet coincide exactamente con el prime time de la televisión clásica y ese es un síntoma clave de la vigencia de la televisión convencional, destacó.

En su turno, Carlos Lineros, Coordinador de Mediaciones Comunicacionales de la Universidad Nacional a Distancia de Colombia, UNAD, hizo énfasis en cómo la diversidad de las pantallas ha introducido cambios en la narrativa audiovisual. La tendencia es ahora a producir contenidos más cortos, apuntó, con el objetivo de cautivar la atención de los usuarios expuestos a una constante y sobreabundante oferta de contenidos.

En especial, destacó que la tecnología ha impactado en el consumo de contenidos durante el llamado “tiempo muerto”.  Así, por ejemplo, estudios arrojan que el 30% del consumo se produce en el baño, mientras que los niños consumen cada vez más contenidos en el autobús durante el trayecto a sus escuelas. El baño, el autobús escolar, etc. son espacios no tradicionales de consumo que van tomando cada día más importancia y que, por ende, también habrá que medir.

Sobre otros aspectos del impacto de la tecnología en la forma de producir y consumir contenidos, apuntó Lineros que la tecnología neutraliza los estratos, ya que la exposición a los contenidos no discrimina niveles socioeconómicos, lo que produce una democratización del fenómeno. Para reforzar tal aseveración, el experto colombiano expuso estadísticas relacionadas con medios y nuevas tecnologías en América Latina. Según indicó, el crecimiento de los usuarios de Internet en América Latina está por encima del 50%, mientras que el consumo audiovisual en plataformas Android ha crecido un 70% y en smartphone se ha experimentado un crecimiento de más del 30%. Estas cifras evidencian una estrecha relación entre tecnología y consumo de contenidos, por lo que hay que pensar en producir contenidos (informativos, formativos y de entretenimiento) para todas estas pantallas. 

Durante el debate, entre otras cosas, los expertos coincidieron en que la producción de contenidos transmedia coexistirá con los contenidos clásicos del audiovisual, pues aún existe público que espera contenidos de esta naturaleza en la pantalla tradicional del televisor. Lo que sí debemos tener claro, han reconocido los participantes, es que estamos presenciando el  nacimiento de las audiencias del futuro. Audiencias para las que comunicarse es una nueva forma de entretenimiento. Por lo tanto, hay que pensar desde ya en esas nuevas audiencias que serán muy distintas a las que conocemos. Esas audiencias requerirán más interactividad y, por consiguiente, debemos procurar hacer producciones cuyo desarrollo no esté cerrado de antemano por el emisor. Es decir, habrá que dejar espacio para que el usuario interactúe con el contenido. A partir de ahora, la manera de interpelar a la audiencia será la clave del éxito de  los nuevos contenidos.  No estamos ya ante un consumidor pasivo. Y para esta tarea resultará muy útil, como sugirió el profesor Orozco, recuperar los códigos creativos de la radio, ya que es el único medio que propone al usuario construir sus propias imágenes. 

 

Entrevista: La radiotelevisión pública en el marco de la crisis.

Enrique Bustamante (Universidad Complutense de Madrid).

La entrevista al profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique Bustamante, se centró en analizar el papel de la televisión pública y sus contenidos dentro de un contexto de crisis.

El experto empezó haciendo una reflexión general sobre el aumento de oferta de contenidos televisivos, que en realidad esconde un empobrecimiento sistemático: “Todo está repleto de dispositivos y formatos, de aparente abundancia, y sin embargo, los estudios dicen que los contenidos y formatos son cada vez más reducidos, discriminatorios y de menor diversidad”, sentenció Bustamante. Respecto a la producción de la televisión en España, aseguró que ésta se ha hundido y ha reducido su presupuesto, al mismo tiempo que los canales temáticos producen cada vez menos contenidos. Para el catedrático, cantidad no es lo mismo que calidad ni diversidad. Y en España la tendencia ha sido una “increíble concentración de los medios. Sólo unas empresas controlan casi todos los contenidos”.

Esto, además, lleva a un mundo donde la participación como ciudadanos es también cada vez menor. Y la solución consistiría en comenzar a liderar todo el proceso de cambio de la cultura y avanzar hacia un medio de servicio público de calidad, explicó.Para Bustamante, un buen ejemplo a seguir de lo que debería ser un servicio público es lo que ha hecho la BBC en Reino Unido respecto a sus servicios en Internet. Por el contrario, en los países latinos y en la Europa mediterránea las cosas no se están haciendo bien, hasta el punto que se debería regenerar el servicio público. “Hoy hay que dar un salto cualitativo y dar voz a los ciudadanos para que vuelvan a tomar el control de los medios públicos”, explicó.

El catedrático se preguntó que si hay herramientas suficientes para que los ciudadanos participemos en política, ¿por qué no se pueden usar en la televisión pública? El mismo Bustamante participó de una propuesta que se presentó a la televisión pública española y a los cargos políticos para que en el Consejo asesor participaran las asociaciones ciudadanas de consumidores y ocuparan un lugar mayoritario, mientras que las personas del grupo o del medio de comunicación formaran una minoría dentro del Consejo asesor. Una propuesta que se ignoró hasta el punto que totalmente opuesta a lo que ocurre hoy en día. Además, Bustamante cree que, en la cúspide del medio de comunicación público, los nombramientos de directores y altos cargos se deberían hacer por concurso público, de modo que pudieran participar también de forma directa las entidades civiles que se registraran para ello. El derecho a participar en estos procesos no debería estar limitado, continuó Bustamante, sino que debería ser sistemático de la sociedad civil.

Esta propuesta fue entregada al gobierno de Zapatero y todos los partidos políticos, grandes y pequeños, lograron ponerse de acuerdo para evitar que se llevara a término, explicó Bustamante. Durante el gobierno de Rajoy, se extremó esta dinámica de intervenir en el servicio de radiotelevisión pública, y los políticos y militantes volvieron a formar parte de los consejos de administración. “El resultado es una caída libre de RTVE y un desprestigio absoluto del medio”, apuntó el catedrático.

La propuesta del equipo de Bustamante consistía, además, en descentralizar el servicio público, lo que significa que se terminaba con el sistema heredado del pasado que no tiene en cuenta la televisión de proximidad. “Proponemos que se construya una televisión desde abajo, un sistema federal de radiotelevisión pública para que cada comunidad autónoma realice sus retransmisiones con total autonomía, y colabore con el sistema estatal para hacer un sistema que se nutra de todas las regiones”, explicó.

Respecto a la financiación, Bustamante cree que en España siempre ha habido muy malas prácticas. Durante su intervención propuso que volviera la publicidad y que el impuesto que paga cada ciudadano para costear la televisión pública apareciera en su declaración de la renta en función de sus ingresos. De este modo, los ciudadanos serían más conscientes de lo que pagan por tener un servicio público, vital para la cohesión cultural. “Que vean, comprueben, exijan, participen, demanden, y que sus demandas sean transparentes y notorias”, expresó Bustamante. Además, también exigió que los contratos y actividades internas del sector público sean totalmente transparentes y se justifiquen todos los ingresos en producción audiovisual, ya que “un servicio público ha de ser un motor para la producción audiovisual propia”, añadió.

En cuanto al reparto de licencias, para el catedrático es inadmisible que las licencias privadas se cedan por quince años, con prórroga automática, a las grandes cadenas: “Debe ser un periodo más breve y un concurso más transparente”. Añadió que se debería romper el duopolio existente en España por el que dos grupos controlan todo el panorama televisivo privado, para lo que sería necesario revisar la regulación de la televisión local y comunitaria, ambos modelos de servicio público. El catedrático defendió que la televisión debe ser un motor de cultura y democratización, por lo que se deben aunar esfuerzos y contenidos entre la televisión tradicional y la televisión digital para conseguir una democracia de mayor calidad.

Respecto a los contenidos, Bustamante explicó que debería haber mecanismos para que los ciudadanos puedan decidir los contenidos, como un proceso de consulta sistemático para que los ciudadanos digan los contenidos digitales que quieren. Para ello, explicó que debe haber un “compromiso con la ciudadanía” además de un gran avance en la cooperación internacional de las diferentes redes de radiodifusión.

Para finalizar, Enrique Bustamante destacó efervescentemente la importancia de los ciudadanos para proyectar su cultura a través de los medios de comunicación públicos; la independencia absoluta de los trabajadores de cada una de las emisoras y canales; y la participación y vigilancia por parte de los ciudadanos. En pocas palabras, Bustamante explicó que se debe hacer una “refundación de buenas prácticas” en los servicios de radiotelevisión públicos de España: “España es el manual perfecto de malas prácticas y ahora estamos en la recta final. El servicio público se ha hundido del todo”, apuntó.

Como datos, añadió que la audiencia de la televisión pública española no llega al 15%, y al 18% en los casos autonómicos de las regiones con televisiones públicas. “Si no hacemos una reforma radical, dentro de 4 años solo podremos hablar de la muerte del servicio público. Y vamos hacia un sistema en el que los ciudadanos no tienen posibilidad de participar y no debemos esperar a que la degradación del servicio público español llegue a ese extremo”, concluyó.

 

Debate: La televisión de proximidad en el entorno digital.

En esta sesión de debate participaron Javier Marzal, de la Universitat Jaume I de Castellón; Josep Lluís Fitó, extrabajador de Canal 9; Ángel García Castillejo, de la Universidad Carlos III de Madrid; y Pau Martínez, presidente de Escriptors de l’Audiovisual Valencià (EDAV).

Marzal comenzó su intervención destacando que el tema planteado en el debate es de plena actualidad. En primer lugar explicó que cuando se habla de televisión de proximidad no somos lo suficientemente conscientes de la enorme importancia que tiene para las industrias locales y más cercanas. Para el académico, estamos en un contexto absolutamente digital donde el consumo de los contenidos audiovisuales se hace a través de multitud de pantallas que marcan la emergencia del nuevo paradigma, y en este escenario subrayó la importancia de la televisión pública de proximidad para asentar las diferentes industrias culturales de cada territorio. Además, definió como muy “dura” la experiencia que se ha vivido en la Comunitat Valenciana al perder su televisión pública, que ha servido para comprender lo necesario que es un medio de comunicación sólido como servicio público.

En esa línea, Fitó también remarcó el “drama” que supone para los valencianos no tener una radiotelevisión pública. Sin embargo, no sólo se quedó ahí, sino que explicó que en la región valenciana no sólo no se tiene una televisión pública, sino que tampoco se puede disfrutar de “un periódico de ámbito comunitario ni una emisora de radio” potentes que abastezcan a todo el territorio y “proyecten la cultura propia”. Una situación que Fitó calificó de “catástrofe”. En su opinión, es paradójico que en un momento de tanta globalización necesitemos tanto de un servicio de proximidad público o algún tipo de industria potente que nos provea de televisión, radio o medio digital. Para Fitó, la causa de que esta situación sea tan perjudicial para la sociedad valenciana está en que “no hay descentralización política si no hay descentralización informativa”.

Añadió que Canal 9 es un ejemplo y un contraejemplo al mismo tiempo. Especialmente, es un ejemplo de que cómo una sociedad se ha quedado huérfana de servicio público de comunicación, ya que en una fecha tan importante como las pasadas elecciones municipales y autonómicas del día 24 de mayo, no había ninguna televisión potente ni ninguna radio que nos contara de cerca lo que estaba sucediendo en el territorio valenciano con los resultados electorales. “Es un drama y un reto para los ciudadanos y políticos valencianos”, explicó.

Ángel García Castillejo continuó el debate hablando de las leyes y el marco regulatorio que siempre ha envuelto la otra pata de la televisión de proximidad, la televisión local. Explicó que aunque el primer marco regulatorio de la televisión local se aprobara en 1995, no fue hasta 2004 cuando se aprobó el primer desarrollo de esta ley. Una ley que se aprobó durante la época gloriosa del ladrillo y la construcción, “cuando todo el mundo quería tener una televisión local para ellos mismos”, explicó García Castillejo. Sin embargo, el resultado de todas estas situaciones es que todavía está todo por hacer, y ahora es el momento apropiado para construir ese modelo de proximidad que todavía no existe, añadió.

Para Pau Martínez, el tema más importante a debatir consiste en cómo han de ser los contenidos de esta televisión de proximidad, para lo que según él, es necesario hacer un repaso sobre cómo se han ido especializando y evolucionando estos contenidos. En su opinión, mientras los canales generalistas están muy tematizados, una definición muy apropiada de lo que sería un canal de televisión de proximidad es que ha de ser un “canal tematizado regional”. A nivel de contenidos se ha de pensar en el público objetivo y en el espectador que va a ver ese canal de televisión. Y otro aspecto muy importante, según Martínez, es el de cómo las nuevas pantallas acaban influenciando a la televisión tradicional. Hay mucha gente que ya sólo ve la televisión a través de Internet, y esto debería tenerse muy en cuenta a la hora de decidir cómo deben ser los contenidos de una buena televisión de proximidad, explicó el presidente de la EDAV.

A continuación, Marzal respondió que tampoco se debe olvidar que buena parte de la audiencia es de mediana edad o alta. “Los retos son muy grandes, y es importantísimo que la ciudadanía sienta la nueva radiotelevisión valenciana como propia”, añadió Marzal. El desafío consiste, según él, en satisfacer a toda la sociedad valenciana, una sociedad tan diversa como compleja.

En toco caso, explicó que hoy en día nos encontramos ante una comunicación dialéctica, no direccional, y el segundo reto es que los modelos de producción se queden con esta naturaleza nueva completamente transmedia. Para Marzal es importante ver lo que hacen otras radiotelevisiones regionales, donde la radio, la televisión y los contenidos digitales están completamente conectados para una audiencia joven que quiere tener los contenidos a la carta. En su opinión, todo esto supone una “oportunidad excepcional” para dar protagonismo a las voces que han sido siempre ninguneadas. Y que las universidades también podrían contribuir y enriquecer esa radiotelevisión, cuyos contenidos no solo deben ser informativos, sino que también debe haber espacio para el entretenimiento.

Por lo demás, todos los ponentes del debate coincidieron en que la falta de televisión pública en Valencia consiste en una expropiación sin ningún tipo de compensación para los ciudadanos, ya que se trata de un medio público que se ha pagado con los impuestos de todos. Además, para García Castillejo, es absurdo que esta situación se dé en una región con cultura y lengua propia, como es el caso de la Comunitat Valenciana.

En este contexto, García Castillejo defendió que los valencianos merecemos una televisión como las demás y llegar a una normalidad en la que todo el mundo se sienta identificado con su programación. “Necesitamos unos medios de comunicación normales, donde se pueda hacer humor político y de los que nos sintamos orgullosos por tener un medio plural”, opinó. En esta línea también destacó que para que todo esto se cumpla también son los ciudadanos los que deben comenzar a exigir a las entidades privadas que cumplan la ley y se haga televisión de calidad.

Los participantes también recalcaron que esta pérdida de la televisión pública ha supuesto una posibilidad perdida de desarrollar la industria del audiovisual valenciana, pues este servicio público podría haber aportado las herramientas necesarias para invertir en el sector. Para concluir, Javier Marzal explicó que esta situación de hundimiento del servicio público también está muy relacionada con la mala educación que tiene la ciudadanía respecto a lo público. “No estamos bien educados en aquello que es público. Y por eso había esa desafección cuando se cerró RTVV. No hay pedagogía, ni ha habido durante los últimos años”, finalizó.

 

Entrevista: La calidad de los contenidos audiovisuales en el flujo digital.

Agustín García Matilla (Universidad de Valladolid).

La aproximación del profesor García Matilla al concepto de la calidad de los contenidos audiovisuales fue muy amplia. Entre otras cuestiones habló de temas tan diversos como la pedagogía y educación del espectador, los nuevos formatos televisivos y la financiación de las televisiones. En opinión de García Matilla, los contenidos deberían ir más dirigidos a los jóvenes y dejar también que elijan los contenidos de los programas televisivos. “Hemos pasado de una etapa en la que elegían los contenidos los programadores a otra en la que programan los ciudadanos sus propios contenidos a través de Internet”, explicó. Ahora el contexto ha cambiado y son los ciudadanos los que pueden elegir duración, contenidos y formatos. Esta tendencia no es negativa, sino que debe ser tenida muy en cuenta para reflexionar y analizar la calidad desde otra perspectiva.

Para el académico, ha habido un desmantelamiento de la televisión de proximidad, y eso muestra que el ciudadano español no está bien formado en la recepción de contenidos audiovisuales, mientras que en otros países sí lo están. “Hay que educar a la ciudadanía para que sepan que la televisión es un mecanismo cohesionador, democratizador social y cultural”, añadió.

Además, también apeló a la profesión del periodismo y su relación con los contenidos audiovisuales. En sus palabras, sin periodistas no hay periodismo, y por mucho que el ciudadano pueda crear contenidos, el periodista es necesario ya que consulta las fuentes, da veracidad a la información y confirma la calidad de los contenidos. Sin embargo, en el sistema español los periodistas están muy ligados a los poderes políticos y, en realidad, no debería ser así pues quien sale peor parada es la calidad de los contenidos. “Debería haber una transformación social a través de la información”, explicó García Matilla.

Esta calidad de los periodistas y sus contenidos es muy diferente según cada país, explicó García Matilla. Mientras que en EEUU los periodistas profesionales son expertos en su materia, en España un mismo periodista con contactos en los programas de televisión acaba yendo a todas las tertulias y debates, hablando de todos los temas aunque no tenga mucho conocimiento. En el caso español, los programas de tertulia lo que hacen es confundir a la ciudadanía. “Si nuestros jóvenes están viendo los programas, creerán que eso es debatir. Sin embargo, cuando evitamos entrevistas de buenos expertos en un informativo, estamos privándoles de muy buena información”, aseguró.

Un ejemplo de buenas prácticas en España, para el entrevistado, sería el programa Salvados (La Sexta), que consiste en un buen formato en el que el periodista y conductor del programa debate educadamente poniéndose en el lugar del ciudadano, porque hace las preguntas que haría una persona normal y que cualquiera querría hacer: “Estos formatos de ponerse en la piel del espectador son esenciales”, afirmó. Para García Matilla, habría que recuperar estos formatos que no han sido tan explotados y que lo que permiten es que se trate de temas en profundidad y con rigor. Son formatos demandados por los espectadores, que aún deberían serlo más.

Respecto a la financiación de la televisión, García Matilla opinó que la “inversión de fondos” que se invierte en la televisión debería ser más productiva, y no sólo aprovechada por los poderes políticos. Además, sería importante imitar otros modelos y plantearnos que si la experiencia de la televisión educativa ha sido buena en países iberoamericanos, se debería rescatar y poner en práctica en otros escenario, como en España.

García Matilla también habló de la importancia de la educación para transformar a la ciudadanía. Aunque el sistema educativo siempre ha trabajado por parcelas bien diferenciadas ya es hora de establecer un conocimiento holístico, explicó el profesor. Esta forma de educar cada vez está cambiando más para crear ciudadanos críticos y conscientes, y gracias a las nuevas herramientas tecnológicas deberíamos contribuir a ellos desde los espacios televisivos y “hacer un buen uso de los contenidos y herramientas digitales”.

En cuanto a nuevos formatos, explicó que es favorable que los estudiantes del sector estén planteando formatos nuevos y más cortos. Una tendencia que está transformando los formatos audiovisuales tradicionales. La interacción entre los formatos antiguos y los nuevos es cada vez más grande para integrarse al flujo digital. Todas las innovaciones digitales y los éxitos de los juegos online también deben hacer reflexionar a los profesionales, académicos y profesores, para que no se eduque a los estudiantes de la misma forma, ya que el contexto ha cambiado completamente. “Los estudiantes tienen que tener más consciencia sobre el uso de las tecnologías y los nuevos formatos, por lo que los profesores tenemos que adaptar nuestra docencia a formar esa conciencia. Tenemos que rebelarnos desde el punto de vista audiovisual, comunicativo y educacional para crear una sociedad más consciente”, resumió. Además, defendió que la ciudadanía debía rebelarse también contra los políticos que no le dan la importancia suficiente a la educación, y que en España la televisión educativa debería pasar de ese concepto de televisión aislada a cumplir una función mucho más educativa a nivel general.

Como conclusión, García Matilla apuntó que calidad en las pantallas significa calidad en la realidad y lo que la gente demanda es precisamente esa calidad. Es por ello que le extraña que cuando se habla de la exinta Radiotelevisión valenciana (RTVV), los buenos profesionales que trabajaban en el medio no se hayan reunido ya para crear una nueva televisión de calidad.

 

Debate: Los contenidos culturales y científicos en el nuevo espacio mediático.

En esta sesión de debate participaron Fernando J. García, de la Asociación Brasileña de Televisiones Universitarias (ABTU); Miquel Francés, director del Taller d’Audiovisuals de la Universitat de València; Gustavo Lomelín, director general de Televisión Educativa de México; Alberto García Ferrer, secretario general de ATEI; y Julio Cabero, de la Universidad de Sevilla.

El primero en abrir la sesión fue Fernando J. García, quien propuso que se debía crear un modelo de televisión alternativa, no sólo pública, sino también no gubernamental que tenga su papel bien definido. En su opinión, lo esencial es incorporar el papel de las televisiones universitarias, y más en un momento en el que “la crisis agudiza el ingenio”. Además, habló de ABTU, creada con el fin de compartir los contenidos. García explicó que, aunque cuando se creó la asociación no se hacía mucho uso de la tecnología, porque no estaba del todo desarrollada, ahora se encuentran en plena reflexión sobre cómo integrarla en sus contenidos. Desde ese punto de vista, se tiene que trabajar mucho con la interactividad para que la gente tenga más acceso a los contenidos y para que la ciudadanía sea menos pasiva.

Por su parte, Miquel Francés explicó las labores de pedagogía que trata de llevar a cabo su universidad con la sociedad española. En su caso, entre otros proyectos, están desarrollando para La 2 de TVE un magazine de divulgación científica, llamado provisionalmente “Universidad y Sociedad”, cuya intención es dar a conocer el día a día de la universidad a la ciudadanía española y que realizarán conjuntamente las universidades españolas bajo la dirección de la Universitat de València. En su opinión, hacer estos formatos televisivos es esencial para las universidades actuales.

Para Gustavo Lomelín, el reto principal es saber cómo unir los tres pilares del entretenimiento, el conocimiento y la tecnología. Además, habló de cómo es el modelo de televisión educativa en México, y de que una de sus dificultades es descubrir cómo distribuir los contenidos a través de las diferentes plataformas. “No hay recursos suficientes y tenemos que ser más ingeniosos para encontrar las formas de compartir los contenidos culturales y científicos por toda la región para cohesionar el país”, añadió.

Alberto García Ferrer centró su introducción hablando de la necesidad de crear sinergias y que el producto de la cooperación sea un cambio en el relato televisivo. Defendió, además, la necesidad de encontrar un instrumento fiable para medir la rentabilidad de los programas educativos, y la importancia de definir bien su papel. Lo favorable sería no enumerar los aspectos negativos y poner la atención en crear cosas nuevas y mejores. Y para ello es importante que la gente participe e intervenga mostrando sus preferencias.

Por su parte, Julio Cabero abrió su intervención hablando del papel de la universidad y de su acercamiento a la ciudadanía, a la que debería empoderar, ya que ese es uno de sus fines. Las universidades deberían reflexionar sobre los nuevos tipos de usuarios que existen hoy en día en el mundo audiovisual y los nuevos usos de las tecnologías por parte del ciudadano. Habría que analizar cómo reciben ahora la información los usuarios y trabajar en la cooperación que existe para producir estos contenidos educativos. Para la universidad, seguir pensando en como trasladar la información a la ciudadanía debería ser esencial.

Para Francés, sin embargo, lo que habría que hacer es “ir más allá”, y no sólo mostrar lo que hace la universidad sino también profundizar en los contenidos audiovisuales que se hacen. Las universidades tienen que reflexionar sobre la construcción de nuevos formatos, y tomar responsabilidad de los nuevos formatos que se crean. Las universidades y los docentes deben ser capaces de crear nuevos profesionales críticos que eviten los formatos y contenidos de efecto placebo, que a veces se hacen en las televisiones universitarias, y que llegan a un público muy minoritario. Como solución, Francés propuso “pensar los formatos de manera íntegra y tomar responsabilidad desde el área universitaria”. Y para apoyar esta teoría, Cabero propuso trabajar con tecnología, evitar las metodologías antiguas de enseñanza y adoptar nuevas técnicas que puedan aportar cosas nuevas a la ciudadanía.

Además, Francés también reconoció que se deben optimizar mejor los recursos en el sector audiovisual. En una comparación efectiva, trató de visualizar lo escrupulosos que somos en la cadena de producción de cualquier otro producto, y “lo soberbios” que nos mostramos en la industria audiovisual, no teniendo tan en cuenta la colaboración y la creatividad compartida. Francés defendió los modelos de producción más participativos, y que ahora es el momento de progresar de forma unida y ser más colaborativos. En la misma línea habló García Ferrer, quien expuso que debíamos crear nuestra propia fuerza y recursos y no ser siempre opositores. “Tenemos que abrir ventanas. Tenemos recursos para crearlas y para que los jóvenes participen de estas nuevas creaciones”, añadió.

En esa línea habló Fernando J. García, quien aseguró que había que empoderar mucho más a los jóvenes dentro de las televisiones universitarias. Según él, nos encontramos en un momento muy difícil para comprender cómo hay que trabajar con las audiencias televisivas, y por ello, sería muy favorable introducir a los jóvenes, ya que son ellos mismos quienes protagonizan el cambio de las nuevas audiencias. Es por ello que habría que darles participación, siempre con responsabilidad.

Como resumen de ello, Francés expresó que las universidades deben convertirse en el enlace entre jóvenes y empleabilidad. Y además, no dejar de crear los clásicos perfiles especializados que encontramos en el sector audiovisual en materia de empleo, puesto que ahora los perfiles son diferentes y no se pueden perder los tradicionales a riesgo de perder calidad.

En cuanto al entretenimiento en los nuevos contenidos, todos coincidieron en que debía estar presente y que se tenía que seguir un método muy claro, pero sobre todo tener posibilidad de tiempo y espacio creativo para generar contenidos originales. Un contenido entretenido sin llegar a convertirse en espectáculo. Debe haber “creatividad y método en la creación”, explicó Francés. Según García Ferrer, no hay modelos cerrados de creación, “hay que estar preparado para el fracaso y usar siempre la creatividad”, puntualizó.

Como resumen, Gustavo Lomelín sentenció que existe un estrés social a causa de la televisión comercial, y que lo que hay que hacer es atender las nuevas exigencias de los jóvenes, que buscan nuevos formatos y “nosotros se los podemos dar”, dijo en referencia a las televisiones universitarias.

 

Entrevista: Los usuarios de la televisión educativa.

Alejandro Piscitelli (Universidad de Buenos Aires).

Piscitelli califica de manera provocadora el sistema educativo actual como de una “ineficiencia brutal, absurda”, porque la gente no trabaja de lo que ha estudiado. Eso, aseguró, va en contra de la felicidad, de las competencias que uno ha adquirido en su etapa formativa. Por ello, apuesta por una educación digital con todo lo que ello significa en cuanto a la transformación de prácticas y actitudes, sobre todo por parte de los docentes.

En ese sentido, asegura el profesor, no se trata de separar los “nativos digitales” de aquellos que no lo son. Ahí no radica el problema. De hecho, afirmó Piscitelli, no es cierto que los “nativos digitales” sean tan competentes, también tienen carencia de algunas destrezas o conocimientos. Hay otras categorías, como los “colonos digitales”, que han aprendido a usar las nuevas tecnologías como una segunda lengua y que participan de esta nueva forma de entender la enseñanza. Desde su posición, se ha utilizado el término “nativos digitales” como provocación, porque ha hecho mucho ruido, en una decisión que tiene motivaciones comerciales, de funcionamiento del sistema capitalista, que ha querido colonizar el mercado educativo introduciendo la tecnología en las escuelas, más que motivaciones estrictamente culturales, pedagógicas o educativas. Para Piscitelli, entonces, todos necesitamos otra educación porque el sistema es ineficiente, independientemente de la tecnología. Existe un mal rendimiento del sistema por las políticas públicas que se han aplicado, no porque haya una diferencia entre los nativos digitales y los que no lo son. No hay que hacer polarizaciones entre los estudiantes, que son geniales, y los profesores, que son un desastre. La introducción de la tecnología en la escuela no mejoró el rendimiento escolar de manera directa. Todos necesitamos otra pedagogía, aseveró el profesor.

Piscitelli afirmó que el aburrimiento en la escuela es algo ancestral, pero antes el estudiante no lo mostraba jugando con el celular sino divagando, imaginando cosas. La neurología ha demostrado, prosiguió, que no podemos prestar atención durante mucho tiempo, máximo 10 minutos, por eso “los docentes tienen que aprender a comunicar de una forma mucho más eficiente a como se está haciendo hasta ahora”. Un ejemplo de buen comunicador es el de Steve Jobs. Esto se debe, básicamente, a que el docente ya no tiene el monopolio de la información. Ahora, los niños y jóvenes saben mucho más antes de llegar a la escuela, y esto es gracias a las nuevas tecnologías. De hecho, se considera a YouTube como una “escuela de vida”, donde habita una cantidad de conocimiento enorme. En este escenario, el docente no puede controlar esta ecología mediática, compite con ella. Por eso, herramientas como la Nube, Wikipedia, RR.SS., etc., los docentes tienen que conocerlas y aplicarlas en la medida de lo posible. Por tanto, si el docente no se desapega de los modelos tradicionales, le irá mal. En cambio, el docente tiene que aprender a comunicar en este escenario.

Este cambio no tiene porqué ser fácil, ni mucho menos. Para el experto, se necesitan “clínicas pedagógicas” para rediseñar y conseguir mejores profesionales. Hay que cambiar la formación del docente, reconfigurar cómo dar clases, hay que enseñar a los docentes a dar clases de otro modo. En consecuencia, no se trata de estudiar durante muchos años, sino que necesitan coachs de docentes, como sucede con otras disciplinas muy especializadas. El docente, hasta ahora, hace lo que puede, y los hay excelentes. Pero necesitamos que alguien observe al docente y le diga qué hace bien y qué hace mal, para que pueda mejorar.

Piscitelli no apuesta por parchear el sistema, sino por hackearlo, un rediseño integrar del sistema educativo. “El hackeo del sistema educativo es posible”, añadió, y para ello hay que hackear el espacio, el tiempo, el curriculum y la evaluación. Para empezar, eso pasa por abandonar las clases magistrales, de tipo teórico, y apostar por reinventar las clases: trabajar por proyectos para entender e intervenir en el fenómeno, para que los alumnos sean copartícipes, y sea así un trabajo emancipatorio con los alumnos. No hay que dar clases como las de ahora, de más de 40 minutos, sino adaptarse a otra manera de abordar el conocimiento. Un ejemplo que puso fue el que implementó en la Universidad de Buenos Aires en 2009 entorno a un fenómeno naciente como en su momento era Facebook y cuyos resultados se pueden comprobar en el libro El proyecto de Facebook y la post-universidad, en el que los alumnos trabajaban en pequeños grupos para entender cómo funcionaba esta nueva herramienta. Desde ese momento, expuso, tuvo claro que había que trabajar por proyectos, cada año un proyecto diferente. No hacía falta estudiar, sino tratar que los estudiantes sean codiseñadores de la experiencia, y procurando hacer un seguimiento individualizado de los mismos.

Para ello, según Piscitelli, hay que profundizar en la “cultura maker”, que se durante algunos siglos se abandona y que recupera gracias a la web 2.0. Solo hace falta tener un dispositivo para poder crear un maker space, y desarrollar media lab donde entran las nuevas tecnologías comunicativas como herramientas de aprendizaje. Por otra parte, no hay que obsesionarse con el curriculum. Evidentemente, abundó el experto, los médicos e ingenieros tienen que tener unos conocimientos, pero en comunicación es diferente. A veces el curriculum tiene sentido, pero hay que ser flexibles. Un ejemplo de ello son los colectivos agrupados entorno a las Humanidades Digitales, donde se pretende combiar el poder de las artes con la ciencia para diseñar nuevos patrones de creación cultural. Lo mismo sucede con la evaluación, que también tendría que abandonar sus formas convencionales.

Asimismo, hay que diseñar nuevas arquitecturas de aprendizaje en las que se modifican los espacios de enseñanza. Más musicales y coloridos, tipo loft, como en Suecia o Dinamarca, que permitan la creatividad, el desarrollo de cada uno de los alumnos. Hay que obligar a que la universidad cambie conforme a las necesidades de los alumnos. Llevar las estructuras del kindergarten, que son las que están en mejores condiciones, a la escuela primaria, secundaria y a la universidad. Hay buenos docentes y buenas experiencias. Lo que tenemos que hacer, añadió, es replicarlas. Y necesitamos humildad: “Dar las clases con la boca cerrada”, es decir, hablar menos y escuchar más lo que dicen los alumnos. No vale todo, pero hay que adaptarse.

Por tanto, hay que apostar por diseñar nuevas competencias, nuevas habilidades, nuevas formas de insertarse en las que la cooperación y la integración entre todos es básica, como demuestra iniciativas como estas jornadas y muchos ejemplos de proyectos y escuelas innovadoras. Piscitelli destacó el modelo de Minerva’s School, universidad creada en San Francisco, en el que se ofrece un campus virtual en el qual los estudiantes durante el primer semestre están en San Francisco, sin asistir a clases físicas, mientras que en el resto de semestres tienen que irse a estudiar a otras partes del mundo, y atender realidades muy distintas a las de su país.

 

Sesión de pitching: presentación de nuevos formatos audiovisuales.

TVMorfosis/CONTD terminó, como es habitual en las jornadas CONTD, con una sesión de pitching en la que los estudiantes del Máster Oficial en Contenidos y Formatos Audiovisuales de la Universitat de València presentaron sus proyectos ante una selección de responsables de las principales televisiones y empresas productoras españolas e iberoamericanas con el objetivo de que la mayor parte de estos trabajos pueda tener un recorrido profesional en el futuro. En esta ocasión, las profesionales que valoraron los proyectos de los estudiantes fueron Samuel Martín, de TVE; Joan González, de Docs Barcelona; Albert Sagalés, de Diagonal TV; Kiko Martínez, de Nadie es Perfecto; y Germán Pérez, de Canal Zoom de Colombia.

Los proyectos fin de máster de esta edición fueron AmerIndia, un docu-soap sobre los procesos de integración, a veces difícil pero siempre enriquecedora, de la población indígena en las grandes ciudades de Latinoamérica, mediante una aproximación diferente al habitual; Territorios de frontera, un docu-tainment en el que se explica de manera amena los estrechos vínculos que existen entre personas que viven en espacios separados por divisiones que, en ocasiones, es son más administrativas y políticas que reales; Intubados, una serie de ficción en tono de comedia que se desarrolla en el área de urgencias de un hospital, donde conviven un conjunto de personajes de lo más variopinto; + Vida, un largometraje documental en el que se pretende concienciar sobre la necesidad de la donación de órganos, un acto que puede salvar vidas humanas y ofrecer segundas oportunidades; Pato Ratón, una serie de animación infantil que cuenta las aventuras de tres amigos dinosaurios que han creado una cuenta en YouTube donde cuelgan sus propios vídeos; y Civil 80, un macroproyecto en el que conviven telefilmes, docu-ficciones, documentales y debates para ofrecer una mirada global y distinta sobre la Guerra Civil española en el 80 aniversario de su inicio, que se celebrará en 2016. Los profesionales valoraron de forma muy positiva los proyectos y los estudiantes mostraron talento, creatividad, innovación y esfuerzo, demostrando que están preparados para enfrentarse al mundo laboral.

Por otro lado, durante TVMorfosis/CONTD hubo una sesión de presentación de comunicaciones académicas que estuvo moderada por los profesores Àlvar Peris y Germán Llorca, de la Universitat de València, como es habitual también en las jornadas CONTD. Estas aportaciones sobre el centro de interés del seminario se editarán y se recogerán en una publicación posterior.

 

Clausura TVMorfosis/CONTD.

En la sesión de clausura participaron Antonio Ariño, Vicerrector de Cultura e Igualdad de la Universitat de València; Gabriel Torres, director del Canal 44 de la Universidad de Guadalajara; Alberto García Ferrer, secretario de ATEI; y Miquel Francés, director del Taller d’Audiovisuals de la Universitat de València.

El primero en intervenir fue Miquel Francés, quien se encargó de hacer un extendido agradecimiento a todos los participantes, colaboradores, directivos de las universidades organizadoras, ponentes y equipo técnico del programa, tanto de España como de México. También se centró en agradecer creatividad y el esfuerzo de los jóvenes que habían participado en la sesión de pitching anterior. Y por último, también mostró su deseo de que este nuevo formato se siguiera realizando con la colaboración de ambas universidades.

Alberto García Ferrer dio también las gracias a la organización y a los vicerrectores por toda la hospitalidad y esfuerzo puesto para desarrollar el evento. También hizo hincapié en que estas jornadas eran un producto de la colaboración y el acto creativo, que por supuesto tenían un elemento de riesgo e incertidumbre, pero que eran la prueba de que “si no arriesgamos no avanzamos”.

Gabriel Torres, por su parte, no sólo expresó también su profundo agradecimiento a toda la organización y a los profesionales participantes, sino que, además, expuso algunas de las conclusiones que se habían extraído de tres días de intensos debates y charlas. Entre las más destacadas, se encuentra la realidad de los contenidos multiplataforma, que ee pueden ver desde cualquier dispositivo móvil, tablet, ordenador, etc. Lo que ha generado una narrativa transmedia que agrega nuevas situaciones y personajes, conformando una narrativa continua e interconectada. Además, Torres recordó que los usuarios desean interactuar en los contenidos audiovisuales, en los que se destacada su vertiente más social, pues se comparten, se comentan y se discuten. En definitiva, se ha pasado del consumidor al prosumidor.

Por último, Antonio Ariño puso el acento en la necesaria colaboración entre las universidades y los profesionales de la información, ya que es “vital para contribuir y propiciar ventanas abiertas y oportunidades de futuro”, explicó. Además, definió la cultura televisiva actual como una televisión de tránsito y de continúa transformación, y defendió que las universidades actuales deben unir investigación y talento para romper los esquemas que estamos acostumbrados a ver. Para terminar, expresó que el reto futuro es un mundo en el que todos podamos vernos reconocidos en igualdad, un reto que, en su opinión, se había conseguido durante las jornadas de TVMorfosis/CONTD 2015, animando a los asistentes a preparar futuras ediciones.

Información elaborada por Àlvar Peris, Sumaya Barber, Liliana Lozano, Lorena Cano y Laura Argilés. Organización TVMorfosis/CONTD. Valencia, junio 2015.