L’Horta ha reducido su extensión y ha dejado de actuar como un espacio agrícola funcional.
Su patrimonio histórico-cultural ha sufrido, y continúa sufriendo, una acelerada degradación, mientras la presión urbanística y de infraestructuras (viarias, ferroviarias, hidráulicas) no cesa.
Hoy en día, la sociedad valenciana es más consciente de la pérdida irreversible que puede suponer urbanizar aún más l’Horta, y por eso se dotó de instrumentos y herramientas para su gestión con la Llei 4/2004 d'Ordenació del Territori i Protecció del Paisatge i Pla d'Acció Territorial de l’Horta de València. y por eso se dotó de instrumentos y herramientas para su gestión con la Llei 4/2004 d'Ordenació del Territori i Protecció del Paisatge i Pla d'Acció Territorial de l’Horta de València.
Sin embargo, este plan no llegó a implementarse e hizo falta esperar al 2018 para que se aprobara una nueva ley (Decret 219/2018, del 30 de noviembre) del Consell de la Generalitat Valenciana, por el cual se aprobaba el Pla d’acció territorial d’ordenació i dinamització de l’Horta de València.
Este plan de acción territorial regula todos los aspectos relacionados con la ordenación del territorio, el urbanismo y el paisaje de l’Horta de València. Pone de relieve principalmente la definición
- de su estructura verde,
- la regulación del sistema de asentamientos,
- la definición de los usos y las actividades que pueden implantarse
- en la integración paisajística de las infraestructuras básicas o de movilidad que puedan situarse en su ámbito.
Este plan de acción territorial también prevé como principios inspiradores el Convenio Europeo del Paisaje, al cual el Consell se adhirió el 17 de septiembre de 2004, ratificado por el Gobierno de España el 26 de noviembre de 2007 y los objetivos y principios de la Estrategia Territorial Europea y de los documentos que la desarrollan.
Este plan define l’Horta de València como uno de los paisajes agrarios más relevantes y singulares del mundo mediterráneo por sus valores productivos, ambientales, culturales, históricos, paisajísticos y simbólicos para toda la ciudadanía valenciana. Eso lo hace merecedor de un régimen de protección y dinamización que garantice la pervivencia para las futuras generaciones.
Además, este espacio tan emblemático genera una producción agraria de proximidad que permite disponer a la población del área metropolitana de Valencia de productos hortofrutícolas de alta calidad con costes reducidos de transporte y, por tanto, con menos emisiones de gases de efecto invernadero.
No obstante, este valioso paisaje amenaza seriamente con desaparecer bajo la presión de la actividad urbanística, las infraestructuras de mobilidad y la propia crisis de precios de producción agraria y su consiguiente abandono.
Por esa razón, este plan de acción territorial tiene el objetivo de preservar l’Horta como sistema productivo, ambiental y cultural integrado, cuyo elemento básico son los labradores.