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15 de mayo de 2014 – Aula Magna de la Universitat de València

  • La consolidación de Internet como plataforma de distribución de contenidos audiovisuales y la irrupción de dispositivos móviles de comunicación, singularmente la tableta y el teléfono, son fundamentales cuando hablamos de un entorno multipantalla o multiplataforma capaz de ofrecer una conectividad constante, muy deseada por los más jóvenes.
  • El escenario en que nos encontramos obliga a pensar en nuevas fórmulas narrativas, pero también en modelos de negocio diferentes a los tradicionales que se ajusten a la variedad de lenguajes y formatos de exhibición. Ahora, las historias se expresan y se desarrollan a través de un gran número de dispositivos.
  • Existen varias maneras de interpretar el impacto de este consumo que va más allá de la televisió. Las incógnitas son especialmente reseñables en el sistema audiovisual español, inmerso en una indefición absoluta.
  • Para algunos, la convergencia digital, más que la erosión de la televisión como referencia audiovisual, lo que está provocando en su fortalecimiento, como demuestra el aumento constante del consumo en los últimos años y la capadidad de adaptación de las empresas televisivas al nuevo escenario.
  • Al mismo tiempo, el consumo de televisión convencional está experimentando profundos cambios. El acceso a la televisión está siendo cada vez más individualizado, lo que obligará a las cadenas a generar productos y contenidos más personalizados.
  • Estamos viviendo un cambio cultural profundo, un “nuevo paradigma”, según otros. Un proceso de transformación que no es sustitutivo sino que las dos maneras de acceder a los contenidos audiovisuales deberán convivir por una buena temporada, sobre todo porque las empresas televisivas no quieren dejar de ser hegemónicas dentro del negocio audiovisual y están haciendo importantes esfuerzos para estar bien situadas en el tránsito hacia un modelo aún incierto. Un esfuerzo que, en el caso de las televisiones públicas, todavía no es rentable sino que se realiza por su vocación de servicio público.
  • Sería preferible hablar de televisión “conectada” en lugar de televisión “inteligente” para explicar la relación estrecha entre la televisión y la red.
  • Las otras pantallas han transformado en los últimos años y para siempre los patrones de consumo de los contenidos audiovisuales por parte de una audiencia que es cada vez más activa. El usuario se ha convertido en fan y exige poder acceder a los contenidos cuando quiera, sin imposiciones programáticas.
  • Aparecen nuevos actores dentro del negocio de los contenidos como los fabricantes, las compañías de telecomunicaciones o las plataformas de distribución audiovisual. Junto con los dispositivos móviles, se está modificando la manera cómo diseñamos los contenidos desde el inicio. Los contenidos hay que empezar a pensarlos en un escenario transmedia.
  • El fenómeno no es nuevo, pero su impacto dentro de la industria audiovisual tal vez só lo sea. Siguiendo los teóricos de cabecera, los contenidos transmedia son aquellos relatos que se distribuyen por múltiples formatos y donde la audiencia ejerce una parte muy activa en la apropiación y creación de nuevos materiales.
  • La narrativa transmedia ya no apela a una única historia sino a la creación de un universo en el que todas las piezas tienen que ser coherentes con el relato. El objetivo es que los usuarios entren en un mundo del que quieran saberlo todo y lo quieran descubrir por ellos mismos y a su aire, sin intermediarios. Por eso, en los contenidos transmedia se potencia tanto la idea de juego, engagement (implicación) o immersión del usuario en el dispositivo narrativo.
  • Para conseguir el éxito de estos productos resulta imprescindible la figura del productor transmedia, quien confiere coherencia a todo el universo narrativo, así como la creación de un documento, una “biblia”, que sirva de guía para no perderse. En todo caso, lo más importante, ahora como antes, és tener una buena historia que contar.