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La conservación del patrimonio bibliográfico más valioso de la Universitat de València ha experimentado un importante avance, después de su traslado e instalación en cámaras diseñadas y construidas ex profeso.
La Biblioteca Històrica junto con el Servei de Biblioteques i Documentació , como responsables de la custodia y preservación de este valioso legado, han realizado un considerable esfuerzo por conseguir las mejores condiciones ambientales contribuyendo de esta manera a aumentar la esperanza de vida de nuestro preciado patrimonio y asegurando su transmisión para el disfrute y estudio de futuras generaciones.
En el año 2017 se construyeron en el edificio de La Nau unas cámaras climáticas en las que se conserva el patrimonio bibliográfico más valioso de la Universitat de València formado por manuscritos, incunables y libros impresos entre los siglos XVI y XVIII.
El índice de permanencia (SEBERA 1994) o esperanza de vida de los materiales bibliográficos, se obtiene aplicando una fórmula basada en los niveles de temperatura y humedad, que como resultado nos da una referencia de la velocidad a la que se producen las reacciones químicas de degradación, especialmente la oxidación e hidrólisis ácida. Si reducimos la temperatura, la humedad, o ambos parámetros, reduciremos la velocidad de las reacciones químicas de degradación de los materiales, obteniendo un nivel de deterioro menor y por tanto una esperanza de vida mayor.
Realizando una comparativa de las condiciones ambientales de los fondos en su anterior ubicación, año 2016, con las condiciones experimentadas en la ubicación actual, podremos observar una evolución favorable en todos los parámetros.
Además del incremento de la esperanza de vida por la disminución de reacciones químicas, también se ha conseguido reducir la degradación física de los materiales gracias a la gran estabilidad del clima en las cámaras. La inestabilidad en los niveles de temperatura y humedad está directamente relacionada con la degradación física de los materiales bibliográficos, provocada por los movimientos de dilatación y contracción que, en el caso de los códices con gran diversidad de materiales en su constitución, los hace extremadamente vulnerables.
En las cámaras se ha logrado finalmente crear un espacio libre de influencia exterior, que además de facilitar la obtención de un clima adecuado y estable con un consumo mínimo de energía permite un control minucioso de la contaminación atmosférica y biológica.
Más información el el repositorio Roderic o en este artículo científico de la revista Ruiderae.
