La lectura de la historia de Frankenstein y su posterior análisis sirvieron, entre otros aspectos, para acabar con tópicos sellados en el imaginario colectivo sobre este “ser, demonio u ogro” -como se le refiere en el texto- a través de la película de 1931 protagonizada por Boris Karloff.

Se trata, por ejemplo, del aspecto físico del “monstruo”, que en el libro es descrito con “más de dos metros de altura, pelo negro, piel amarillenta y translúcida”, lo que le permite integrarse en la vida humana con normalidad, mientras que en el filme se presenta con frente gigante, cicatrices y enganches en el cuello para conectarse a la electricidad; o de su inteligencia, que en la narración crece junto con la evolución del ser, y en la adaptación cinematográfica, sin embargo, se observa una criatura con un pensamiento que apenas va más allá del de un niño pequeño.

‘Frankenstein o el moderno Prometeo’ fue publicada en 1818 y se enmarca en el género de novela gótica-romántica. Es muy interesante para el debate y la discusión literaria por tratar temas difíciles, sobre todo, en su época, como la moral científica, la creación y la destrucción de vida, y el cuestionamiento de la existencia de un Dios.

Llama la atención de este hito de la literatura inglesa (y universal) su génesis: fruto de una apuesta entre intelectuales, moderada por el poeta Lord Byron, y escrita en unas pocas horas.

El Club QUIJOTE tiene previstas dos lecturas más antes de finalizar el curso 2021-2022, que serán ‘La madre de Frankenstein’ (3 de mayo) y ‘El lector de Julio Verne’ (7 de junio), ambas de la recientemente desaparecida Almudena Grandes.