–¿Cuáles son las tareas principales que tiene como nuevo conservador del patrimonio cultural de la Universitat de València?
–Las tareas se centran sobre todo en las colecciones histórico-artísticas de la Universitat de València, que se localizan tanto en el edificio de La Nau como en otras facultades. Hay obras del pasado, pero también colecciones actuales, con obra nueva de gran calidad artística. Mis funciones abarcan además la colaboración con el resto de colecciones de patrimonio de la Universitat, que son muy ricas y variadas después de más de cinco siglos. Uno de los proyectos que ahora emprenderemos es el inventario general de todo este patrimonio.

–¿Cuáles son las colecciones que conforman el patrimonio cultural de la Universitat?
–Como fruto de la labor docente e investigadora que ha llevado la Universitat a lo largo de más de cinco siglos de historia, contamos con varias colecciones, organizadas por bloques temáticos. Uno es el de la colección científico-médica, que contiene instrumental de la Facultad de Medicina. Otro bloque es el del antiguo museo de historia natural que contiene colecciones de geología y zoología, y que tiene como origen el museo que había en el edificio de La Nau y del cual se pudieron salvar muchas piezas durante el incendio de 1932 gracias a los mismos estudiantes.
El Jardín Botánico y las colecciones bibliográficas de la biblioteca antigua de la Universitat son también parte importante de este patrimonio cultural, no solo en cuanto a obras manuscritas y libros, sino también con obra gráfica como carteles de la guerra civil, por ejemplo. La colección pictórica Martínez Guerricabeitia, donación de este empresario valenciano, incluye arte contemporáneo.
Por otro lado, tenemos también la colección del Observatorio Astronómico, con el telescopio original que ahora se encuentra en el edificio del Rectorado, junto con el despacho original de Ignacio Tarazona, fundador del Observatorio, y otro instrumental que actualmente se conserva en las instalaciones del Parque Científico en Paterna. Y contamos con una colección museográfica de las tecnologías de la información y la comunicación, en el Centro de Cálculo de la Universitat, que repasa la historia de la informática de los últimos cincuenta años, con ordenadores y otros accesorios.
Finalmente, tenemos las colecciones histórico-artísticas, que se localizan sobre todo en el edificio de La Nau, en tres espacios: el Paraninfo, la capilla y las dependencias rectorales, con varias pinturas destacadas como las de la galería de retratos de rectores o la Virgen de la Sapiencia de Nicolás Falcó.

–¿Cuál es el estado de conservación de todo este patrimonio cultural?
–El estado de conservación es bueno, pero es una tarea que no acaba nunca, es necesario continuar con la conservación preventiva y pensar que, por el proceso natural de envejecimiento en algunas piezas, habrá que hacer algún trabajo de intervención. Pero en general el estado de las colecciones es excelente.

–¿Cuáles son los retos principales que os planteáis como nuevo conservador del patrimonio cultural de la Universitat?
–La tarea de inventario es fundamental, no podemos hacer una buena gestión del patrimonio sin saber qué tenemos exactamente. Nuestras colecciones son inmensas y no todas están totalmente inventariadas, aunque se ha hecho un gran esfuerzo en esta línea en los últimos años. Así pues, es el momento de realizar un inventario general que abarque todas las colecciones a través de una base de datos única. Gastaremos el software libre Omeka, que ya usan otras universidades españolas. Queremos que todo este inventario sea accesible a los investigadores y al público. Y sobre la base de que el patrimonio cultural no es solo local sino que pertenece a toda la humanidad, incorporaremos esta información también a las grandes bases de datos europeas de patrimonio de libre acceso, como el Icom o Europeana.
Aparte del inventario, queremos profundizar también en el estudio de las colecciones que tenemos y en la conservación de las obras, en la línea de lo que se ha hecho hasta ahora. Y uno de los retos más importantes que nos marcamos es la mejora en la divulgación y promoción de todo este patrimonio. Acercaremos el patrimonio cultural de la Universitat de València a la sociedad.

–¿Cómo tiene previsto mejorar la difusión del patrimonio cultural hacia el público en general?
–Hemos de aumentar nuestra visibilidad y hacer llegar a la sociedad todo este patrimonio que, indirectamente, es suyo. Además, cuanto más se conoce el patrimonio, más se aprecia y más garantizada queda su protección y conservación. Continuaremos haciendo exposiciones como se hacían hasta ahora, con el fin de mostrar las diversas colecciones que hemos puesto en valor, y también publicaciones sobre los bienes culturales de la Universitat.
Pero, además, incidiremos especialmente en el e-patrimonio y aprovecharemos los medios digitales para la difusión. De momento, hemos estrenado página de facebook y estamos trabajando para ponernos al día en todas las redes sociales, como ya hacen muchos museos. También estamos creando una visita virtual a través de la tecnología de Google Maps en el edificio histórico de La Nau y sus espacios patrimoniales. Y tenemos pensado destacar de manera virtual una obra al mes. De esta manera podremos complementar las tareas de divulgación que se han venido realizando en los últimos años y llegar a otros sectores del público.