57 son en total las obras (35 gráficas y 22 únicas) que se pueden visitar en La Nau de una decena de los artistas que conforman la colección de arte contemporáneo articulada por el matrimonio formado por Jesús Martínez Guerricabeitia y Carmen García Merchante y que en 1999, en un gesto de mecenazgo especialmente digno de ser subrayado, donaban a la Universitat de València.

Después de su paso exitoso por Castellón, con una afluencia masiva de público, la muestra se inauguraba el pasado jueves 29 de febrero en la sala Martínez Guerricabeitia de la antigua sede de la Universitat, en presencia de la vicerrectora de Cultura y Sociedad de la Universitat de València, Ester Alba; el antiguo director de la Col·lecció Martínez Guerricabeitia y patrón de la Fundació General UV, José Pedro Martínez; el director de actividades de la Col·lecció, José Martín; y el comisario, Juan Manuel Bonet. La selección dispuesta por el comisario de la muestra, Juan Manuel Bonet, acerca al público a una década en la que se sucedieron el asesinato de Carrero Blanco, la muerte del dictador, el retorno de los exiliados y las primeras elecciones libres.

En palabras de su comisario, la exposición es un homenaje al matrimonio, con quien le unen vínculos desde 1994, cuando ejerció como jurado de la Bienal Martínez Guerricabeitia. “Pude comprobar su trabajo y el de su equipo en pro del arte contemporáneo. Nuestra relación se hizo más estrecha a partir del año siguiente, cuando fui nombrado director del IVAM. Periódicamente me visitaba, me comentaba las exposiciones que le habían interesado y reafirmaba su compromiso como mecenas del museo”, relataba Bonet.

Jesús Martínez Guerricabeitia fue hijo de su generación. Con una infancia y juventud marcadas por la guerra y la represión franquista, la prisión -a la que sus convicciones condujeron- le convirtió en un alumno curioso, con una mucha inquietud intelectual.

Al reinventarse como un joven emprendedor, corrector y linotipista, y después de un periodo instalado en el extranjero con su familia, a su vuelta a València, en 1970, puede permitirse concretar su antigua afición al arte, a través de la adquisición de algunas pinturas.

De este modo, y gracias a su amplia red de amistades políticas, artísticas y literarias, el matrimonio fue conformando una colección que, inevitablemente, adquirió una vertiente política a través de la pintura emergente de los años finales del franquismo e inicio de la Transición.

“El principal valor de su colección, hoy en la Universitat de València, es que no es ‘clónica’ -como hay tantas-, sino que está construida a partir de su visión personal y de su interés por un arte de carácter político, lo que tiene toda la lógica del mundo, dada su condición de preso político y luego activísimo compañero de viaje del PCE (Partido Comunista de España)”, afirma el comisario de la muestra.

La exposición parte de la representación mayoritaria de artistas valencianos, “dentro de un contexto, durante los años finales del franquismo, en que València se convertía en la capital española de cierto arte comprometido”. Así pues, la nómina de artistas de primera línea incluye la agrupación valenciana de Estampa Popular, donde surge la Crónica de la Realidad. De ella participan los equipos Crónica y Realidad, Genovés (que desarrolla su trabajo en Madrid), Anzo, o Antoni Miró. Destacan también el trío integrado por Boix, Heras y Armengol, y los miembros del Grup d'Elx.  “Todos ellos cultivan, en mayor o menor grado, un pop político. Es el momento del reencuentro de Josep Renau, exiliado primero en México y después en Berlín, con su tierra natal”. En el apartado gráfico, hay que destacar la presencia de serigrafías realizadas por artistas como los mencionados y por abstractos como Arcadio Blasco, Michavila, Teixidor o Yturralde, muchas de ellas realizadas para carpetas destinadas a financiar a partidos políticos, como por ejemplo el PSOE, el PSP (Partido Socialista Popular) o al PCPV (Partit Comunista del País Valencià).

Cierran el recorrido histórico por esta década convulsa los trabajos de una selección de artistas nacionales e internacionales que completan el panorama artístico y político general del periodo. “Están también representados el sombrío Fernando Somoza, Juan Barjola, José Luis Verdes, Gastón Orellana, José Ortega (fundador de Estampa Popular), José Duarte, el Canogar de los años en que practica la Crónica de la Realidad, Eduardo Arroyo (entonces exiliado en París), Julián Pacheco (desde Italia)...”. De la escena internacional, el italiano Spadari o el islandés Erró se inscriben en el mismo horizonte del pop político, mientras Wolf Vostell representa en solitario la estética Fluxus. En la parte gráfica, junto a grabadores de Estampa Popular como Ibarrola o Francisco Cuadrado, nombres internacionales (Lindner, Lichtenstein, Aldo Mondino o Lucio del Pezzo), y de nuevo abstractos (Hernández Pijuán, Ràfols Casamada, Saura, Tàpies, Salvador Victoria...) cuyo compromiso político los lleva a colaborar con carpetas de apoyo a los partidos afines.

La exposición, organizada por el Vicerrectorado de Cultura y Sociedad de la Universitat de València, la Col·lecció Martínez Guerricabeitia y la Fundació General de la Universitat de València, en colaboración con UVsocietat, Caixa Popular y el Ayuntamiento de València, se podrá visitar hasta el próximo 8 de septiembre en la sala Martínez Guerricabeitia del Centre Cultural La Nau, en horario de martes a sábados, de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas y domingos y festivos de 10 a 14 horas.