La crisis generada por la pandemia del coronavirus está agitando los pilares de la sociedad y está cambiando nuestra forma de vivir, de comunicarnos, de interactuar. Sin embargo, en ningún caso estos cambios deberían provocar la merma de derechos y posibilidades. En este sentido, se debe prestar atención especialmente a los colectivos más vulnerables, como es el caso de las personas mayores.

La enseñanza pública superior, con un firme compromiso por la formación de calidad, a través de los Programas Universitarios para Mayores (PUM), mantiene abiertas y en desarrollo oportunidades de formación, acción social, cultural e investigadora para este colectivo. De este modo se pretende perseguir el objeto de la educación tal y como lo definió Herbert Spencer ya en el s. XIX, que no es otro que: "formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás". Hablamos de acciones de suma importancia para un grupo poblacional que será el último en incorporarse a la normalidad, pero que no debe perder la posibilidad de seguir tejiendo su red relacional y ejercer su derecho a un envejecimiento saludable, activo y participativo.

Estos programas (PUM) nacieron a finales de los 90 con el propósito de acercar la universidad a este colectivo y de trabajar por y para favorecer el envejecimiento activo, la transmisión del conocimiento, la cohesión social, la promoción de la investigación y la lucha contra la soledad y el aislamiento social de estas personas. Desde sus inicios, los PUM de la Comunitat Valenciana se han convertido en un referente a nivel nacional e internacional del compromiso de las universidades con la formación permanente y la implicación de los mayores en la sociedad. Esta misión es y debe ser prioritaria especialmente en los momentos que vivimos para dar respuesta a las necesidades de nuestro alumnado y demostrar que la universidad está dónde debe estar: en la investigación, la formación y la acción social.

La labor que se está realizando desde los PUM es fundamental para reivindicar y garantizar los derechos de las personas mayores y seguir siendo la plataforma donde pueden seguir desarrollándose social y académicamente. En este sentido, los cinco Programas Universitarios para Mayores de la Comunitat Valenciana, donde esta incluido La Nau Gran de la Universitat de València, se está valorando diferentes escenarios para afrontar el nuevo curso académico supeditados, como debe ser, a las directrices y medidas que marquen las autoridades sanitarias y el gobierno. Siendo conscientes de que la prioridad de los mismos es siempre volver a la hasta ahora conocida como normalidad y con ello a la docencia presencial.

Como explica Maite Almela, se han tenido que adaptar los programas a la nueva realidad sanitaria y social com nuevas posibilidades y oportunidades a través de la docencia virtual. Si bien es cierto que los cambios también plantean retos, como pueden ser la adaptación pedagógica del profesorado, las dificultades logísticas de los estudiantes seniors o la falta de adaptación tecnológica, el compromiso de los PUM está en facilitar el acceso a este nuevo mundo digital que se ha vuelto tan necesario en estos tiempos de crisis.

Asimismo, la misión de los PUM no es solamente formativa en el aula. El alumnado de los programas universitarios de mayores se beneficia de la participación en una amplia oferta de actividades de tipo cultural, deportivo y de voluntariado. Con la participación en estos últimos, los estudiantes no sólo están inmersos en el entorno social en el que se encuentran, sino que además son agentes activos en la creación de sociedades más solidarias y generosas. Estas actividades también tienen su continuidad de forma virtual y les permiten seguir activos desde un punto de vista social y mantener las relaciones interpersonales. Los PUM ofrecen múltiples posibilidades, como los grupos de conversación y discusión (ahora online), los grupos de teatro (por videoconferencia), o la creación y dirección de programas de radio, que tienen el objetivo de que se oiga la voz de los más mayores en las ondas, ayudando así a eliminar los estereotipos asociados a la edad. También existen programas de voluntariado, como el de acompañamiento a personas mayores que viven solas, la recogida solidaria de alimentos, y otras muchas actividades para luchar contra el aislamiento social. El alumnado puede incluso participar en la investigación, por ejemplo, a través del observatorio de medios de comunicación, MAYMECO, donde se investiga la imagen de las personas mayores en los medios, o a través de diversos proyectos europeos que lideran las distintas universidades (HEIM, CLEAR, ON-TRAIN, LIVEELEARN, SELID, etc.).

Las Universidades, desde la última década del siglo XX, han asumido y declarado con gran orgullo su fuerte compromiso con uno de los factores clave del crecimiento de la sociedad: la formación a lo largo de la vida. Ante esta crisis, es cierto que las universidades en general, y los PUMs en particular, siguen apostando por la formación universitaria para personas mayores ofreciéndoles incuestionables oportunidades de crecimiento personal, dotándoles para ello de herramientas que les hagan llegar a tener una vida satisfactoria y plena.

En definitiva, las Universidades Públicas no olvidan su papel en estos momentos de crisis, con la educación a las personas mayores contribuyendo así a consolidar sociedades inclusivas en línea con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).