El profesor de la Universitat de València Vicente Pla, comisario de ‘Distopía’, describe esta exposición como “una colección de recuerdos inventados que persisten en el imaginario colectivo como instantáneas de una modernidad que nunca culminó”. En este sentido, explica que Cuéllar “se ha sumergido en el sentido contradictorio de una utopía considerada como un futuro que nunca tendrá lugar de la forma en que se diseñó y que cuando ha estado más cerca de verse realizada, ha funcionado defectuosamente, incompleta y desarreglada hasta los límites de lo siniestro”.

Entre las obras predomina la técnica del dibujo, eje central de la producción más reciente del artista, junto con algunas de sus últimas pinturas. El dibujo es para Juan Cuéllar un punto de llegada en el proceso de búsqueda de un material apto para registrar las escenas de un pasado tan posible como irreal, tan tangible como evanescente. En estas composiciones hípercalculadas la visión esclarecedora es continuamente negada, cualquier evolución queda detenida, sin escapatoria del período de la modernidad clásica del siglo XX, tiempo congelado y delimitado por unas faltas de sentido y por unas contradicciones que nunca serán solucionadas.

Cuéllar explica que el detonante de esta exposición, que no es una antológica de su producción, fue la precariedad laboral que afecta especialmente al panorama artístico. A partir de esa confluencia de una experiencia personal y el contacto con la realidad, el artista empezó a crear “escenarios distópicos” del momento presente.

Pero además ‘distopía’ también se convierte en ‘discopía’, un neologismo surgido de la unión de distopía y escopo (objeto o blanco a que alguien mira y atiende, de acuerdo con la RAE). De esta manera, sus obras se erigen como blancos de información visual, o visiones incompletas, que invaden discretamente las escenas pobladas de hábitos estandarizados en el ámbito doméstico o en los espacios públicos, de sueños inducidos, de objetos familiares naturalizados y de naturaleza cosificada. El virtuosismo descriptivo del artista valenciano y su estilo característico, consistente en omitir elementos esenciales para completar la información, nutren el potente concepto que sustenta distopía: la derrota inapelable y definitiva de la representación óptica de la realidad como fuente de certeza frente al eterno bucle psíquico postmoderno del deseo y la decepción.

Juan Cuéllar Costa (Valencia, 1967) estudió Bellas Artes en la Facultad de San Carles (UPV) entre 1987 y 1992. Ha sido beneficiario de importantes becas en el ámbito del arte y ha realizado un total de veintidós exposiciones individuales hasta hoy, pasando por Madrid, Venecia, Chicago, Vigo y Valencia, entre otras ciudades. Su obra se encuentra presente en colecciones de instituciones como la Fundación Banco Sabadell, IVAM, el Ayuntamiento de Valencia, Colección DKV, Fundación Coca-Cola, Artium, Museo Municipal de Madrid o el Parlamento de La Rioja.