Isidor Balaguer Sanchis, más conocido como Doro Balaguer, nació en Valencia el 1931, en una familia de pequeños fabricantes y comerciantes, especializados en pasamaneria. Estudió Bellas artes en la Escuela de Valencia (1946-1952), situada en el antiguo convento del Carmen. Pero el ambiente docente e ideológico era tan deprimente que Doro decidió viajar. Primero marchó a Ibiza, después a Madrid y París, buscando profesionalizarse.

París representó para Balaguer un conjunto de hallazgos. Entre otros, la abstracción, como una forma de pintar absolutamente opuesta al realismo y al figurativismo. Allí participó en exposiciones colectivas, en el Colegio de España –donde residió un tiempo– y en alguna sala comercial. Desde la capital francesa, sin perder la relación con Valencia, se vinculó con los pequeños núcleos de artistas renovadores que aparecían entonces y de manera especial con el Grupo Parpallo, iniciado hacia el 1956 y disuelto el 1961.

En París, Doro Balaguer vio también que un artista, un intelectual, se tenía que comprometer no sólo con su oficio. Así ingresó al PCE. En un viaje breve en Valencia, el 1969, fue detenido y encarcelado. Al salir de la prisión, quedó privado de pasaporte y, por lo tanto, de la posibilidad de volver a París. En Valencia retomó la actividad política clandestina y se mantuvo relacionado con los pequeños grupos que desarrollaban un pensamiento crítico, vinculado con las reivindicaciones de la lengua y la cultura del país. Posteriormente, disconforme con la política del PCE, lo abandonó –ya legalizado. Entonces, con Saboreáis Muñoz y otros exmilitantes, creó la revista de pensamiento ‘Sentido’. A continuación, tomó parte, como impulsor y dirigente, primero en el Agrupamiento de Izquierdas del País Valenciano y a continuación en la Unidad del Pueblo Valenciano, hasta que se desvinculó de la política activa.

Publicó el volumen memorialístico ‘La izquierda agónica. Recuerdos y reflexiones’.